Spider-Man: No Way Home – Crítica del Spidey multiversal---OJO SPOILERS

La espera ha terminado. “Spider-Man: No Way Home” se ha estrenado ya en cines de todo el mundo, concluyendo la trilogía “Home” de Spider-Man (formada por “Spider-Man: Homecoming”, “Spider-Man: Far From Home” y la presente cinta).

Esta tercera entrega del Spidey de Tom Holland arranca con la escena post-créditos de la anterior película, desarrollando los terribles efectos de la revelación de la identidad secreta de Spider-Man. Rápidamente, medios y sistemas se ponen en marcha, poniendo patas arriba las vidas de Peter Parker y de sus amigos y familiares.

Desesperado, el héroe recurrirá al Doctor Extraño (Strange en la traducción española de cine), al que da vida el actor Benedict Cumberbatch, para arreglarlo todo a golpe de hechizo. Sin embargo, algo saldrá mal, las leyes del multiverso se verán vulneradas y Peter deberá aprender a las malas que “Todo gran poder conlleva una gran responsabilidad”.

Y hasta aquí, la sinopsis. Ahora vamos a ver la reseña de la película de Spider-Man propiamente dicha.

Aunque nos fastidie decirlo, pues “Spider-Man 2” estaba consensuada como la mejor película de acción real del superhéroe (dentro de sus muchas versiones alternativas), y dejando a un lado la genial cinta animada de “Spider-Man: Into the Spiderverse”, podemos arriesgarnos a decir que “Spider-Man: No Way Home” es la mejor película de Spider-Man hasta la fecha.

No solo estamos ante una cinta que concluye la evolución del personaje de Tom Holland, sino que, también, es una historia de orígenes por derecho propio. En este sentido, descubrimos que el director Jon Watts y su equipo de guionistas “nos la han estado jugando” desde la primera entrega. Es decir, han estado construyendo paso a paso al Spider-Man del Universo Cinematográfico de Marvel hasta llegar a esta culminación en lo que ha sido el proceso de crecimiento de un héroe durante su etapa adolescente hasta su actual estadio adulto.

En este sentido, “Spider-Man: No Way Home” es la película más desgarradora de las tres aventuras del UCM, ya que termina de dibujar a un Spider-Man que tenía todo el poder y ninguna de las responsabilidades y lo aleja de las sagas cósmicas y grandilocuentes para acercarlo a su hábitat natural en los cómics: las aventuras a pie de calle. Pero ya volveremos a eso en una sección posterior. Regresemos, por ahora, a su análisis a nivel técnico y artístico.

Como decíamos, el director Jon Watts también se ha crecido. Lo que empezó con un Spidey muy modesto, reducido a aventuras en Queens y Nueva Jersey y encuadrado dentro de aventuras “escolares”, se ha “hecho un hombre”. Jalonado paulatinamente en un proceso de construcción del escenario y de los temas centrales del personaje, finalmente llegamos a una forma de Spider-Man mucho más cercana al concepto que conocemos.

Watts ha elucubrado una evolución a medida que, al llegar este momento, eclosiona con una fuerza dramática y narrativa potentísimas. Y lo hace, por cierto, aunando el humor propio del UCM y temas complejos que se alejan de los postulados amables de Spidey dentro de productos juveniles, como son los de sus series animadas de Disney +.

Esta madurez, por cierto, no se diluye con el ritmo de la propia película, que no da tregua. La acción arranca in media res y no para apenas hasta los créditos. Sus 147 minutos pasan volando y eso debe al buen equilibrio entre acción, drama y comedia y al buen encaje de escenas.

Respecto a su aspecto técnico, debemos decir que “Spider-Man: No Way Home” es como el cerdo en la cocina. Se aprovecha todo de ella. Su CGI está muy bien llevado, a diferencia de “Eternals” por ejemplo. La habitual diferencia de calidad visual entre escenas diurnas y las nocturnas no se aprecia apenas, y que adopte ideas y propuestas visuales de la cinta del Doctor Strange de Derrickson nos hace aplaudir en buen gusto.

Por otro lado, el compositor Michael Giacchino se luce con una BSO épica y referencial, dedicada con amor a los fans de Spider-Man de todo el multiverso, reutilizando composiciones propias y “prestadas” de las de otros héroes. En esta línea, es de aplaudir que se vuelva a recuperar el énfasis en el leitmotiv, que ya no es música de fondo, sino un elemento narrativo clave más, que sirve para generar atmósfera y definir la propia narración.

Respecto al elenco, tampoco estamos nada insatisfechos. Todo el reparto saca lo mejor de sí mismo. En especial, Zendaya, cuya MJ ha adquirido un peso y un valor más allá del rol caduco de “dama en apuros”. Si bien no sabemos qué será de ella en el futuro, hemos de decir que nos ha gustado su papel y desarrollo a lo largo de la cinta y que es un modelo para seguir de cara al futuro.

En conjunto, tenemos una película redonda que juega con el chantaje emocional (somos conscientes de ello y nos encanta) y que no oculta sus flaquezas. Ciertamente, existen un par de giros argumentales forzados, pero previsibles. Pero forman parte del “juego” al que el espectador debe de entrar si quiere disfrutar de ella. Quizá, lo que menos nos haya gustado sean las DOS escenas post créditos, que nos han resultado testimoniales y cuyo peso habrá que valorarlo en perspectiva de aquí a unos años, con las próximas películas.

Y hasta aquí, el análisis formal. Vamos con el análisis fan. Eso sí, agárrate que vienen SPOILERS.

Te avisamos. Esta sección es un SPOILER con patas.

A pesar de nuestra buena costumbre de no hacer destripes en casi ninguna de nuestras críticas, es imposible analizar “Spider-Man: No Way Home” de un modo más profundo sin entrar en spoilers y cuestiones que los fans de Spider-Man sabrán apreciar, valorar y entender.

Por eso, si no has visto la película y quieres “llegar virgen” a ella, no sigas leyendo después de la siguiente imagen. Regresa, eso sí, cuando la hayas visto ya en cines y, entonces, lee y coméntanos sobre ella. Repetimos, los SPOILERS COMIENZAN AQUÍ. Da media vuelta si no quieres que te chafemos sorpresas.

¿Vale? Ya estamos.

Lo primero de todo, cuando llegues al cine, agárrate bien fuerte a la silla, porque va a ser un viaje movidito. Si bien es cierto que tarda un poco en desarrollarse, la cosa va del Multiverso y queda claro desde el minuto quince o veinte de la película. En el momento que Spider-Man interrumpe el hechizo del Doctor Extraño (como vimos en los tráilers) y trae a sus enemigos de otras películas de vuelta, ya sabemos que lo que hay: la cinta va a jugar con la nostalgia y con el elemento emocional.

Jon Watts hace una película por y para los fans de TODOS los Spider-Man del cine. Y, además, es respetuoso con cada versión de Spider-Man. Y además, zanja la cuestión acerca de cuál era mejor, dejando claro que cada uno molaba a su manera.

Para arrancar, Watts y su equipo son muy agudos. Toman como referencia los arcos de Spider-Man en Civil War, “Regreso al Negro” y “Un nuevo día”, mezclándolos con premisas de Universo Spider-Man y cómics clásicos del personaje, a fin de crear escenarios y situaciones familiares tanto para los fans modernos como para los veteranos. Y, a su vez, se encargan de captar la atención de los fans más cinéfilos. A partir de ahí, todo es un camino de rosas, empezando por sus enemigos.

Como ya sabrás por los tráileres, Alfred Molina y Willem Dafoe regresan como el Doctor Octopus y el Duende Verde. Y ambos lo hacen superándose a sí mismos. Cierto es que Molina y su Otto Octavius han sido el gran reclamo de la película. Pero el Norman Osborn de Dafoe se lleva la palma y nos da un enemigo memorable estética y narrativamente.

A nivel visual le hacen la mayor justicia que se le pudiera hacer, presentando un Duende Verde espectacular y tremendo, con un gran giro estético a los cómics. Además, el actor demuestra que no necesita máscara para ser un Duende Verde de primera. Su capacidad expresiva y actoral es tal que nos deja descolocados en el sitio, aplaudiendo su maldad y vileza. El hecho de que regrese a su universo al final de la cinta nos da pena, pero nos hace soñar con la llegada futura de un Duende (Hobgoblin) y otros villanos de esta escuela.

Tampoco queremos decir que no nos haya gustado Jamie Foxx y los otros villanos. Están bien, pero sabemos que los anteriormente citados Dafoe y Molina llevan buena parte del peso dramático. Con todo, la secuencia final de lucha, en la que entendemos que hay un homenaje a los Seis Siniestros (que aquí son cinco) es un canto de amor a los cómics.

Admitimos que nos hubiera gustado ver a Veneno (Venom). Pero, oye, la escena postcréditos nos deja ya la promesa de una futura película con el simbionte y eso nos hace soñar con que la próxima entrega traerá el traje negro y, según apuntan algunos rumores, al esperado Kraven. ¿Quizá una adaptación de “La última cacería”? Tiempo al tiempo.

Aunque el verdadero homenaje a los fans es la aparición de Andrew Garfield y Tobey Maguire, el secreto a voces de la producción. Su llegada a escena dispara todo el potencial de fanservice. Y nos encanta. Que, además, Giacchino integre sus propios temas musicales en la partitura de forma orgánica y funcional nos arranca una sonrisa de oreja a oreja. Máxime al escuchar los acordes de Elfman, que nos devuelven a los años 2000.

Por otro lado, las referencias a otras películas y series del UCM son la bomba. En especial, a lo que se nos viene encima con la crisis del Multiverso, que arrancó en “Bruja Escarlata y Visión”, se desató en la temporada 1 de “Loki” y se explorará a lo largo de la próxima película del Doctor Extraño. Eso y el hecho de que hayan abierto una puerta más para un desarrollo en profundidad del Spider-Verso, enlazando con las películas animadas de Sony y las spider-franquicias del estudio, nos hace frotarnos las manos.

En paralelo, que veamos al final de la película al Spider-Man de Tom Holland con un traje propio, casero y extremadamente fiel al de los cómics, prescindiendo de inspiraciones de trajes alternativos o de la influencia de Stark, es un puntazo y algo que va directo al corazón. Si se mantiene la apuesta estética, la próxima película podría ofrecernos el traje más fiel y visualmente cercano al original que hayamos visto en cines.

Al hilo de esto, hemos de señalar que resulta un acierto argumental que la cinta deshaga todo lo anteriormente planteado en cines a nivel espiritual. Por eso, más que tomarlo como un reboot blando, que lo es, deberíamos tomar “Spider-Man: No Way Home” como el fin de un arco argumental a cargo de un equipo creativo y el inicio de una nueva etapa. Lo cual, si vemos el resto de las producciones de Marvel Studios, encaja en cuanto a la forma que series y películas están adoptando en la que, cada vez más, todo está relacionado.

Además, creemos que si analizamos esta trilogía en sí, podemos percibir que tiene la misma estructura que una etapa cualquiera en los cómics, que acaba con la promesa de una nueva dirección radicalmente distinta en un futuro.

¿Y qué promesa es?, preguntarás. Lo que ya veníamos viendo desde el estreno de “Ojo de Halcón” y que el desarrollo de esta misma serie nos ha dejado claro. Marvel Studios retoma el pie de calle y los héroes urbanos, a los que había dejado olvidados en favor de las sagas cósmicas, los espías y los dioses.

Spider-Man en un futuro va a estar integrado en aventuras urbanas, propias de sus historias clásicas previas a los 2000 (principal fuente de inspiración del Spidey del UCM hasta la fecha). Es decir, vuelve a lo básico. Y eso implica que seguramente compartirá escenario con el Daredevil de Charlie Cox, el Kingpin de Vincent D'Onofrio, el Caballero Luna de Oscar Isaac, Hulka, Luke Cage y el resto de héroes de Nueva York.

Como apunte gamer, se nota que Sony ha tomado nota de la caracterización exitosa del Spider-Man del videojuego de PS4 (el del Gamerverse) planteando elementos que vimos en el videojuego y que hicieron que esta versión “demostrara su grandeza”. Estos, creemos, se aplicará en un futuro a la caracterización de Spidey en el UCM.

Relajando ya el ritmo, podemos hablar a nivel argumental de controversias. Por ejemplo, de cómo el personaje del tío Ben y su valor han sido descartados a favor del fallecimiento de Tía May (Marisa Tomei). Sabemos que a muchos “ofenderá” esta decisión. Pero resulta idónea dentro del marco de la película y de la necesidad narrativa de “despertar a bofetadas” al adolescente Peter, que tiene que, por fin, aprender lo del poder y la responsabilidad. Una frase que, por cierto, se integra de tal manera que logra ponernos todavía los pelos de punta.

El hecho de que, además, se vuelva al concepto de héroe alineado por la comunidad superheroica de Marvel, del que desconfían muchos grandes personajes y que divide a la sociedad neoyorkina, es algo que se sostiene y que no habíamos percibido en otras versiones de cine con tanta nitidez, pero que aquí queda perfectamente reflejado. Eso y el por qué de volver al concepto de la identidad secreta, supuestamente superado en el UCM. Sobre todo, gracias a ese J.J. Jameson de J.K Simmons, que vuelve a hacer suyo al personaje citando textualmente frases del malcarado periodista extraídas directamente de los cómics.

Vamos, que es difícil no salir del cine haciendo palmas y soñando con un pronto regreso de Spidey a las salas.

Y con esto, acabamos. FIN DE LOS SPOILERS.

Tal cual. No esperes un ladillo más sesudo ni más sincero. Sabemos que habrá gente a la que no le haya gustado y le ponga pegas, y lo respetamos. Pero, a nosotros, nos ha emocionado. Nos ha hecho llorar, reír, aplaudir, saltar en la butaca y quedarnos con ganas de más. En conjunto, este es el Spider-Man que queríamos ver y ha dejado el camino marcado.

Lo que hagan en el futuro con él, es cosa ya de Marvel Studios y de Sony. Pero “Spider-Man: No Way Home” es una conclusión magistral y una cinta emocionalmente tan grandilocuente como fue “Vengadores: Endgame”. Y eso no es moco de pavo.

Poco podemos decir ya de la última película de Spider-Man. Seguro que nos dejamos algo, ya que en Akira Cómics somos grandes fans del Trepamuros, que es nuestro vecino y amigo. Si a ti te pasa lo mismo, y te han entrado ganas de volver a leer alguna de sus mejores historias, no dejes de visitarnos. Seguro que tenemos en nuestro fondo de catálogo la spider-aventura que buscas.