Francisco Ibáñez, nominado a los Premios Princesa de Asturias

09/02/2021
  • El archiconocido autor de Mortadelo y Filemón ha sido nominado al premio Princesa de Asturias de Comunicación y Humanidades. Hoy nos adentramos en la trayectoria del autor y exploramos las razones por las que merece este premio.

  • Tras anunciarse la nominación de Francisco Ibáñez al Premio Princesa de Asturias, las redes han ardido con argumentos a favor y en contra de su concesión. Y, como en Akira Cómics nos gusta hacer las cosas de manera diferente, vamos a hacer una retrospectiva sobre su vida y obra y sobre sus luces y sombras. Así que agárrense a lo que puedan, que allá vamos.

  • ¿Quién es Francisco Ibáñez? ¿Qué es lo que ha hecho?

  • Cuando hablamos de Ibáñez, enseguida se nos viene a la cabeza Mortadelo y Filemón. Y los más aficionados entre los comunes mortales añadiránEl botones Sacarino”,Pepe Gotera y Otilio”,Rompetechos”,13 Rue del Percebe” oTete Cohete”.

     Los más talluditos añadirán obras como “La familia Trapisonda” o “Doña Pura y Doña Pera, vecinas de escalera”. Los más jóvenes añadirán aChicha, Tato y Clodoveo, de profesión sin empleo” y a “7 Rebolling Street”. Pero… ¿y si hablamos de “Don Adelfo” o “Cabeza de Ajo, el penúltimo navajo”?

    Su producción ha sido larga, tanto como su vida en el mundo de la historieta, que dura hasta ahora mismo y a la que aún le queda cuerda. Así que, olvidándonos de su nacimiento y demás, que nos lo sabemos casi todos, revisaremos su obra.

    Su primera historieta profesional apareció en una revista que pocos conocen y aún menos recuerdan: Paseo Infantil”. En ella dibujaba las historietas de un personaje llamado el tío Tranca. Ese personaje pasó posteriormente a otra revista poco recordada: “El barbas”.

  • También hizo sus pinitos publicando tiras cómicas en otras cabeceras como las revistas “Alex”, “Chicolino” y “Nicolás”.

  • Entre 1956 y 1957, las historietas de Ibáñez empezaron a verse, y su caché aumentó hasta ser uno de los artistas de plantilla de la Editorial Marco. Se hizo cargo de la serie de los detectives “Cartapacio y Seguidilla”, tomando el testigo de su autor original, Emili Boix (de la que es posible que surgieran ciertas ideas que luego usaría paraMortadelo y Filemón”); y también, junto a Martínez Osete, de la serie “Nicomedes Camueso”.

  • Y por estas fechas publicó sus primeras series propias: “Don Usura”, “La familia Repollino”, “El caballero Buscabollos”, “Ludovico Barrigón”, “Pepe Roña”, “Haciendo el indio”… y no olvidemos que siguió tomando el relevo de otros dibujantes más veteranos, como el de Alfons Figueras, del que tomó el relevo para seguir dibujando a “Loony.

    En esta etapa, junto a un tal Raf (que igual os suena) y a Gin (que seguro que conocéis por haber sido director de “El Jueves”), probó suerte para la entonces ya famosa y potente Editorial Bruguera. Y, a partir de aquí, la historia ya os resultará conocida.

    Tras publicar varios chistes y tiras cómicas, en 1958 sacó sus dos primeras historietas con personajes propios en Bruguera:Mortadelo y Filemón” y “Felisa y Colás”, que fueron publicadas en la revista “Pulgarcito”.

  • En este periodo, hasta 1960 crea varios personajes más: “Don Adelfo” (una suerte de Celestino sexagenario que creó para la revista “Can Can”) y “La familia Trapisonda” para “Pulgarcito”, aunque terminó recalando en “El Capitán Trueno Extra”. También sustituyó a Vázquez en “La Historia esa vista por Hollywood”.

  • Entre 1960 y 1962 continúa creando nuevas historietas para Bruguera: primero las secciones humorísticasIncreíble, pero mentira” y “Claro que…”, seguidas por “Ande, ríase usté con el Arca de Noé”, la peculiar historia de una agencia que suministra a sus clientes todo tipo de animales, que fue creada para “El campeón de las historietas” y que, luego, continuó en “DDT”.

  • Para la revista “Blanca” creó a “Polito, tipo duro(un tipo que va de galán, pero que tiene un fondo la mar de gamberro), para “Tío Vivo” sacó la conocida “13 Rue del Percebe y, para “El campeón de las historietas” –y en sustitución de “Ande y ríase usté…”- aportó a “Godofredo y Pascualino viven del deporte fino.

  • Durante la etapa entre 1962 y 1969 se produjo la efervescencia de Ibáñez como dibujante de cómics, que le llevó a la fama y a la producción de sus primeras historietas largas: en 1962 apareció el primer personaje regular de Ibáñez ambientado en el Oeste americano (los primeros aparecieron en “Haciendo el indio”): “Cabeza de Ajo, el penúltimo navajo, una simpática historieta que solo duró una página protagonizada por un indio algo vago y poco despierto con un compinche cascarrabias y mandón.

  • Tras este personaje tristemente fallido nació, en 1963,El botones Sacarino”. Pero considero más destacable dentro de este año la aparición de otra historia suelta pero que tiene su importancia: “El primo de Frankenstein, dibujada con un mimo y una atención a los detalles raras de ver en su obra previa y que permitieron ver el embrión del estilo que se reflejaría más tarde enEl Sulfato Atómico”.

  • En 1964 creó aRompetechos”, “El doctor Esparadrapo y su ayudante Gazapo” y “Doña Pura y Doña Pera, vecinas de escalera”. Y, en 1966, la primera historieta de los populares chapuzasPepe Gotera y Otilioen la revista “Tío Vivo.

    Pero fue en esta etapa en la que creó una serie de personajes para uso publicitario: Balín y Balón (para la empresa Ceplástica-Áriz)-1962-, Kitín (para los chocolates Nogueroles)-1962-, Don Pedrito, que está como nunca (Bodegas Domecq)-1964-, Uhu y el niño Prudencio (pegamento Uhu)-1964-, Pepsi-Man (Pepsi)-1966- y Kinito (Quina San Clemente) -1967-.

  • ¡Y llegamos ya a 1969! Es la fecha de lanzamiento del primer álbum deMortadelo y Filemón”:El sulfato atómico”. El éxito de estos personajes llevó a Bruguera a crear nuevas cabeceras: la revista “Mortadelo en 1970 y la “Super Mortadelo dos años más tarde.

    No hubo muchas novedades en cuanto a nuevos personajes (aunque sí en la evolución de Mortadelo y Filemón) hasta que, ya en 1981, aportó su última creación hasta el momento:Tete Cohete” –un niño obsesionado con la mecánica, los coches, los motores y los cohetes-, que apareció en “Pulgarcito”.

  • Pero no todo fueron alegrías: en 1985 Ibáñez –tras una serie de tiranteces-  abandonó Bruguera, que cerró al año siguiente. Mientras tanto, en el mismo 1986, Editorial Junior intentó ocupar el nicho de mercado de la ya desaparecida editorial de referencia, y fichó a Ibáñez como mascarón de proa. Para la revista “Guai!” creó dos series:Chicha, Tato y Clodoveo, de profesión sin empleo” y “7 Rebolling Street” (un sosias de “13 Rue del Percebe”).

    Afortunadamente para Ibáñez y su legión de seguidores, en 1988 Ediciones B, tras haber adquirido los fondos editoriales de Bruguera, llegó a un acuerdo con Ibáñez en el que éste recuperó los derechos de todos sus personajes.  Eso le dio alas para retomar con más ahínco la producción de nuevas historietas.

    Y, para más información, y no extenderme más, os remito a este artículo redactado con motivo del reciente cumpleaños deMortadelo y Filemón”.

  • Pero… ¿es oro todo lo que reluce?

  • La nominación de Ibáñez ha sido motivo de controversia en los mentideros del medio, dado que se le ha acusado de varias cosas –no todas ciertas-, como la utilización de “negros” en la realización de sus cómics, la copia descarnada o la falta de acreditación de sus colaboradores. Vamos a analizar esas acusaciones una por una.

    Si bien es cierto que existen historietas apócrifas que no han sido dibujadas por Ibáñez, también lo es que fueron realizadas en su etapa en Bruguera y en el lapso de tiempo transcurrido entre la marcha de Ibáñez y el cierre definitivo de la editorial, así como en el lapso transcurrido entre dicho cierre y la adquisición del fondo brugueriano por parte de Ediciones B.

    Tras la recuperación del control de los derechos de sus personajes, si bien Ibáñez ha delegado en un equipo cambiante de colaboradores, no ha empleado “negros”. O sea: esos dibujantes autores de esas aventuras apócrifas no creadas por Ibáñez formaban parte de la plantilla de Bruguera y, dado que los derechos de los personajes no pertenecían a los autores, sino a la editorial, podían pedirles que dibujaran lo que ellos ordenaran.

  • Así que por ahí hay Mortadelos dibujados por una pléyade de autores entre los que figuran Joan Bernet Toledano, Martínez Osete, Miguel Ratera, Blas Sanchís, Antoni Bancells… incluso gente como Raf (“Las embajadas chifladas”), Jan (para una colección de cuentos troquelados infantiles) o el más conocido de los “negros” de Ibánez: Ramón María Casanyes, que dibujó dos aventuras largas (“Las criaturas de cera vivientes” y “Los párvulos”) y que tomó cumplida venganza de los personajes en la parodia erótica “Super Mortalelo Especial”.

  • Y no olvidemos que, a su vez, el propio Ibáñez hizo de “negro” de otros en sus comienzos.

    Lo que sí hizo, al firmar el nuevo acuerdo con Ediciones B, fue comprometer a la editorial a no reeditar el material que dibujaron otros silenciando, así, su labor.

    Por otra parte, los guiones procedentes de otros autores (fundamentalmente de Jesús de Cos y Jaume Ribera, entre otros) sí fueron acreditados en la época Bruguera.

    O sea: Ibáñez, técnicamente hablando, no ha usado “negros”. Bruguera, sí.

    Es acusado también de copiar descaradamente material francés procedente mayoritariamente de la Escuela de Marcinelle. Esto es cierto, pero no en el sentido literal. En el libro “Los tebeos de nuestra infancia de Antoni Guiral se recoge un testimonio de Ibáñez en el que, ante la imposibilidad de mantener el ritmo cómico-narrativo ante una producción de 20 páginas semanales, y ante el triunfo en Francia del trabajo de Luis García Gallo (Coq) –que llegó a dibujar guiones de Goscinny- , Rafael González les proporcionó material francés para que se “inspiraran” y mantuvieran el ritmo de producción. Y hay que reconocer que Ibáñez se inspiró en la obra de Franquin (aunque también se encuentran referencias a Peyo, Morris e, incluso, Uderzo) fundamentalmente. Vean, vean:

  • En favor de Ibáñez hay que decir que esos gags eran complementos dentro de aventuras que seguían derroteros muy diferentes. Pero la inspiración es clara. Es obvio que no podemos juzgar la totalidad de la obra de Ibáñez como un enorme y continuo plagio, pero el hecho de que copió gags, fondos y escenas, aunque fuese para mantener el ritmo exigido –recuerdo a los lectores que los dibujantes cobraban por página entregada-, es evidente.

    Se le acusa también de no acreditar al equipo que tiene detrás y que le ayuda con la producción de su obra y de que, si lo hace, ningunea su labor. Esto es cierto y supuso un acto muy feo por parte de Ibáñez. Debido a su dilatadísima carrera (67 años del ala, desde 1954) nadie va a poner en duda su labor, y todo el mundo comprende que, a su edad (el 15 de marzo hará 95 años), es normal que tenga colaboradores que terminen y perfilen su trabajo.

  • Uno de sus entintadores más conocidos, José Manuel Muñoz Chueca (que también fue “negro” de Ibáñez dentro del Bruguera Equip), entró a formar parte de la “nómina” del propio Ibáñez a partir de 1995. Tras conceder una entrevista en la que contaba los entresijos de la producción de los cómics de Mortadelo (que posteriormente retiró, según sus propias explicaciones, por haber sido demasiado duro) fue despedido, aunque debidamente acreditado en el último título en el que participó. Le tomó el relevo Lourdes Martín.

  • Vamos a partir de la base de que Ibáñez viene de una época en la que los colaboradores no estaban tan considerados como ahora (recordemos que personajes como el mismo Hergé no acreditaba a sus colaboradores como podéis ver en este artículo). Pero que en un año como 2018 declare que su labor es como la de los "niños pequeños que repasan cuadernillos de caligrafía" es, como mínimo, desafortunado teniendo en cuenta el papel que cumplen tanto entintadores como coloristas. No le habría costado nada reconocer esa ayuda sabiendo, además, que nadie le juzgaría por ello.

  • ¿Merece Ibáñez, entonces, el Premio Princesa de Asturias?

  • A mi humilde entender, sí.

    Vamos a recordar que el Premio Princesa de Asturias de Comunicación y Humanidades se entrega a alguien cuya labor representa una labor relevante en esos campos… e Ibáñez la ha tenido.

    En primer lugar, porque los personajes de Ibáñez han creado un flujo bidireccional entre autor y lector. Todas las generaciones que hemos disfrutado de sus historietas hemos experimentado sensaciones particulares que han ido evolucionando con el tiempo y que han generado un sinfín de elementos compartidos con otros lectores que han terminado elevando a los protagonistas de dichas historietas al imaginario popular colectivo.

    Ya no son personajes de Ibáñez, sino que son patrimonio de todos nosotros. Precisamente la proyección internacional de Mortadelo y Filemón, o las diversas adaptaciones de Mortadelo y Filemón al cine y televisión (los 23 cortos de animación de Estudio Vara entre 1966 y 1971, la serie de 26 capítulos de BRB emitida por Antena 3 en 1995, la película de Javier Fesser de 2003, o la de Miguel Bardem de 2008, o la de animación “Mortadelo y Filemón contra Jimmy el cachondo” de 2014…), o la serie de Sacarino protagonizada por Jorge Roelas en el 2000, o las series temáticas de sellos de Correos entre 1998 y 2001…

  • A todo ello hay que sumarle que generaciones completas hemos aprendido a leer gracias a la curiosidad que nos despertaba el saber qué ponía en los bocadillos que salían de la boca de esos dibujos tan graciosos. Cuestión por la que muchos, a través de estos cómics de Ibáñez, nos hemos convertido en grandes aficionados a la lectura.

    Además, el estilo del humor de Ibáñez, que mucha gente hoy en día considera un tanto trasnochado, no deja de ser el reflejo de la forma de ver la vida de su autor que, a su vez, es un hijo de su tiempo y que refleja la manera de hacer las cosas de la última gran escuela de cómic español que, tristemente, está abocada a la extinción.

    Esta circunstancia implica que la entrega de este importante premio a Ibáñez es, también, una forma de reconocimiento indirecto a toda esa generación de autores que levantaron la Escuela Bruguera y en la que no todos tuvieron un final digno.

    Añadamos a ello que Francisco Ibáñez es, hoy por hoy, el autor de cómic español más prolífico y vendido de nuestra historia. Un autor que ya es patrimonio de todos, independientemente de consideraciones sociales o políticas. Precisamente, su candidatura ha sido de las pocas cosas capaces de unir a políticos del PP, Podemos, Ciudadanos, PSOE o PNV para firmar un documento de adhesión a la causa de su candidatura.

  • Por otra parte, mal que pese, y aunque haya quienes aleguen que Ibáñez ya tiene galardones como la Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes (concedida en 2002), es, de lejos, el autor más conocido por la masa popular. Todos estos factores, como en el caso de cualquier otro artista, trascienden las características personales del propio autor.

    Como en todo, habrá personas que estén de acuerdo y otras que no lo estarán. Pero, como siempre, en vuestra tienda de referencia estaremos encantados de compartir impresiones con vosotros y poner a vuestra disposición la obra de Francisco Ibáñez.

    Imágenes | Akira Cómics.

Francisco Javier Illescas Díaz


Amante de la lectura desde antes de saber leer. Dueño de un ojo certero para discernir hasta los más nimios detalles. Gran aficionado a la Historia y azote de gente poco documentada.

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