Reseña: “Taxus: La cabra”

“Taxus: El último en llegar” fue solo el principio. Este cómic, enormemente valorado por crítica y público, supuso el regreso al mundo del cómic de Isaac Sánchez, nombre real del cómico y youtuber Loulogio. 

Tras haber ganado en 2009 el premio especial Josep Coll del Salón del Cómic de Barcelona con “El Regreso del Hombre Pez”, Sánchez apostó por otros medios para darse a conocer, manteniendo “en barbecho” su potencial como artista. 

Como ya te contamos en uno de nuestros anteriores posts, el primer tomo de Taxus fue la oportunidad para el artista que es Isaac Sánchez para abrirse paso en la competitiva industria del cómic español. 

Ahora, con su “Taxus 2: La cabra” , “Lou” se confirma como autor y hombre orquesta al guionizar, dibujar, entintar y colorear su propio cómic, que amenaza con convertirse en un referente moderno del cómic. 

Isaac Sánchez demuestra en este cómic una evolución y una madurez tanto de técnica como de narrativa. A diferencia de otros trabajos relacionados con famosas celebridades de Internet, como el cómic “El Rubius: Virtual Hero”, de Lola Aldea y El Torres (dos reconocidos artistas de sus respectivos campos), Taxus va más allá. 

Este es un cómic que refleja no solo el crecimiento de su autor como demiurgo de fantasía, sino que también revela su proceso de autoaprendizaje, de mejora y de refinamiento a poco que se preste atención a su trabajo y al resultado. Todo ello se puede discernir siguiéndole la pista al propio cómic, examinándolo y contrastando la primera parte con esta segunda. 

En este intento de ser tan detallista, Sánchez logra fabular un mundo exhaustivo en cuanto a elementos que lo conforman, llenando de riqueza y variedad el trasfondo. Si bien en el anterior volumen, posiblemente por cuestión de calendario y de fechas, esta faceta del artista no se contemplaba con tanta nitidez, en este segundo volumen resulta mucho más clara. 

Esta percepción de la mejora cualitativa de su trabajo se adscribe también a la percepción del color y al uso que se hace de él. El color evoca no solo atmósferas; como decimos, su función es también la de transmitir emociones y temperaturas y, en cierta forma, la tensión emocional de la situación. 

Quizá, sin error a equivocarnos, podemos aventurar que uno de los grandes valores de la serie Taxus es precisamente el color empleado por el autor, lo cual es uno de los secretos del atractivo de la obra. 

Saltando a otro campo de la evaluación de “Taxus: La cabra”, hemos de hablar de la concreción argumental que tiene esta obra. Frente a la primera entrega, mucho más genérica y con cierto espíritu seminal, esta segunda entrega va al meollo de la cuestión y desarrolla un tema en particular. 

Mientras que “El último en llegar” planteaba un escenario básico al lector, una trama de arranque, presentando personajes, “La cabra” desarrolla todo lo expuesto y, además, lo hace con un tema central. Esto es, con el refrán con el que se abre la obra y que, en cierto sentido, resume toda la historia de este segundo tomo: “La cabra tira al monte”. 

Esta idea sirve para plantear cómo los vicios y la propia naturaleza humana abocan al individuo hacia tendencias inevitables. El borracho siempre será un borracho, el mentiroso siempre será un mentiroso y el asesino siempre será… un asesino. 

Sin revelarte mucho al respecto, pues no queremos destriparte el cómic, este principio se aplica un poco a todos los personajes, a los cuales desarrolla a lo largo de este episodio. 

Hay que decir también que, en el desarrollo de sus personajes y en su tratamiento, “Lou” es muy certero y “peca” de acertado y de delicado. Revela la naturaleza de sus personajes, su carácter, sus virtudes y flaquezas sin convertirse en juez, jurado y verdugo. Eso lo deja al lector. 

No obstante, sí tiene el buen gusto de presentar los hechos desde un punto de vista aséptico y neutral, evadiendo de lejos cualquier tipo de polémica, prefiriendo una aguda mirada por encima de la fácil controversia.