Excalibur: mutantes en Gran Bretaña

Tras este suceso Rome, la hija del mago Merlín, reúne a un variopinto equipo de superhéroes: el Capitán Britania, Meggan, Rondador Nocturno, Fénix, Kitty Pride y Lockheed el Dragón.

Y como en Akira Cómics nos gusta hacer las cosas de un modo diferente, vamos a dar unas breves pinceladas sobre esta atípica formación para que sepáis algo más sobre ella, aprovechando que podéis leer el tomo de Marvel Gold dedicado a estos personajes.

Pues, lisa y llanamente, como una gamberrada creada como un cruce entre X-Men y el sello Marvel UK. Imaginaos una delegación de los X-Men en el Reino Unido… Pues eso. Añadamos a ello la capacidad de viajar entre dimensiones, echemos un poquito del punto canalla aprendido de Juez Dredd por parte del dibujante de las Midlands Alan Davis y las ganas de hacer el gamberro y pasárselo bien del londinense Chris Claremont, agitémoslo… y nace “Excalibur”.

Nos centraremos en su etapa más clásica: la que comenzó en 1987 con su primera aparición en “Excalibur: The sword is drawn” hasta su cancelación en el número 125 de la serie, en 1998, con la boda de Meggan y el Capitán Britania que, entonces, había perdido sus poderes. Esa cancelación permitió el regreso de los X-Men con la reincorporación a la formación de Rondador y Kitty, aparte de la de Coloso que, por aquel entonces, se había incorporado a “Excalibur”.

Veamos ahora las particularidades en la creación de este curioso equipo de superhéroes: Básicamente, Chris Claremont y Alan Davis (que, en un momento dado, tomó las riendas como co-guionista) decidieron mezclar elementos de dos historias de Marvel: los X-Men y el Capitán Britania. A la sazón, Claremont conocía bien a los mutantes, cuyos guiones llevaba escribiendo desde 1976. Por otra parte, en esas mismas fechas, Claremont ya había co-creado junto a Alan Davis al Capitán Britania para el sello Marvel UK.

De tal manera, se le ocurrió la siguiente idea: por una parte tomaría prestados a cuatro personajes de los X-Men reunidos bajo la equivocada idea de que el resto de sus compañeros había muerto (“La caída de los Mutantes”, en “Uncanny X-Men 225-227”, donde El Adversario derrota a los X-Men en Dallas): Kitty Pride (que, por aquel entonces, estaba en la Isla Muir –frente a la costa escocesa– recuperándose de su estado de fase permanente), Rondador Nocturno, Fénix (Rachel Summers, procedente de un futuro distópico y huésped de la Fuerza Fénix) y el Dragón Lockheed. Y, por la otra, al Capitán Britania (un héroe dotado de superpoderes por el mago Merlín), cuyo cometido es vigilar el faro que se encuentra en el punto de convergencia de todas las realidades alternativas, y que forma equipo con la metamorfa Meggan y un peculiar robot interdimensional llamado Wigget.

El tándem Claremont-Davis se mantuvo durante los primeros 34 números de la serie. A partir de ese momento, en 1991, Chris Claremont abandonó el proyecto y, tras un breve periodo de transición, Alan Davis se hizo cargo también del guión a partir del número 42. Básicamente se dedicó a cerrar las tramas que Claremont había dejado abiertas y a, digamos, hacer experimentos que terminaron convirtiendo el carácter iconoclasta y ligero de la serie en un trasunto de los X-Men con un punto más oscuro.

Primero introdujo nuevos personajes: el mago irlandés Feron –descendiente de un ser extradimensional–; el escocés Kylun –portador de las mágicas espadas gemelas de Zz’rath, que cortan cualquier cosa salvo a aquellos que son puros de corazón y que tiene el poder mutante de reproducir cualquier sonido que haya podido escuchar–; la alienígena Shi’ar Cereza –capaz de generar campos de energía-; y el pinchadiscos londinense Micromax –capaz de aumentar y disminuir su masa–.

Y luego empezó a retorcer las tramas, perdiendo en el proceso al Capitán Britania, eliminando los elementos que se relacionaban directamente con él (Meggan quedó en estado catatónico con su pérdida, por ejemplo) y centrándose en los superhéroes de origen mutante. En esta etapa se incorporaron a la formación Douglock (la versión amnésica de Warlock creada por La Falange –qué mal ha sonado esto último, corcho–) y la hechicera del camino sinuoso Amanda Sefton.

Estas tramas se alargaron hasta el año 1994, fecha en la que se incorporó a la colección un nuevo guionista que encontró en “Excalibur” su primer trabajo: un jovencito de 25 años procedente de Essex llamado Warren Ellis. ¿Os suena? Bueno, pues él fue el responsable de que “Excalibur” volviese a levantar el vuelo.

Básicamente retomó la coherencia inicial del grupo recuperando su antigua identidad, a la par que volvió a recuperar ese toque gamberro de sus inicios haciendo un uso magistral del humor negro. A partir del número 83 de la colección, el Capitán Britania regresó al grupo (como consecuencia, Meggan también), incorporó a un nuevo mutante en la persona del londinense Peter Wisdom (que era capaz de generar cuchillos y espadas de energía calorífica que podía proyectar desde sus manos), añadió –por petición expresa de Marvel– a dos mutantes europeos más (la escocesa Loba Venenosa o Wolfsbane, que controlaba su licantropía, y el ruso Coloso), y aderezó la trama del grupo con una historia amorosa entre Kitty Pride y Peter Wisdom, que desató polémica en la época debido a la significativa diferencia de edad entre los dos personajes.

Así consiguieron estirar la colección hasta el número 125, en octubre de 1998, con el que se cerró la historia de Excalibur con la boda entre el Capitán Britania y Meggan. Pese a que Marvel esgrimió la bajada de las ventas como motivo para cancelar la serie, es muy posible que el motivo real fuese la necesidad comercial de reintegrar a Rondador Nocturno, Coloso y Kitty a los X-Men.

Técnicamente, no. De hecho, otros grandes autores como Carlos Pacheco pasaron por sus páginas en distintas etapas. En 2001 se sacó una miniserie de cuatro números en la que, junto al Capitán Britania y Meggan, se relanzaba la formación con la ayuda de Psylocke, Caballero Negro, Sir Benedict, Crusader X y el Capitán Gran Bretaña. La misión del grupo estaba relacionada con el ascenso del Capitán Gran Bretaña a rey de otra dimensión.

En 2004 se sacó una nueva serie recuperando a los autores originales con concurso de Mark Farmer en la que, con la participación de Charles Xavier y Magneto, se intentó reconstruir la nación mutante de la isla de Genosha. En esta ocasión, no tenía mucho que ver con la formación original (esta la formaron Magneto, Charles Xavier, Calisto, Bestia, Freakshow, Karima Shapandar, Shola Inkose y Wicked), pero recuperaba el tono desenfadado de sus inicios, amén del cameo de algunos de sus integrantes originales.

En 2005, de nuevo con guiones de Claremont, se intentó relanzar la serie como “New Excalibur” con relativo éxito: ¡duró hasta el 2007! Con la participación de personajes clásicos del mundo Marvel como Juggernaut, Dazzler o Nocturne. No obstante, tras 24 números, se abandonó definitivamente este concepto, integrando el resto de las tramas abiertas en X-Men.

El último intento de explotar a Excalibur como grupo tuvo lugar en 2019, como una parte integrante del arco argumental de “Amanecer de X”. Sus integrantes fueron en esta ocasión el Capitán Britania, Gambito, Pícara, Júbilo, Rictor y Apocalipsis.

Hay muchos aficionados al mundo superheroico americano que consideran que Excalibur fue un grupo totalmente innecesario para el acervo de Marvel, y con un impacto muy menor. No obstante, supuso un hito dentro del mundo de la Casa de las Ideas.

En primer lugar, supuso la creación de un grupo de superhéroes de origen europeo (Salvo Kitty Pride, que es de Deerfield, Illinois, el resto son europeos: Capitán Britania y Meggan son ingleses y Rondador Nocturno es alemán), creados por autores europeos, en un entorno británico (Marvel UK) y con escenarios alejados de los típicos estadounidenses.

En segundo lugar, nos permitió redescubrir el tono desenfadado de las aventuras de superhéroes con tramas que aportaban un punto gamberro y colorido sin perder su seriedad frente a la puesta de moda de las historias oscuras abanderadas por autores de la talla de Miller o Moore.

En tercer lugar, ayudó a mantener calientes a varios personajes de X-Men en un momento en el que la popularidad de la serie no pasaba por su mejor momento ni encontraba el rumbo correcto hasta que llegó el momento de revitalizarla.

Y, en cuarto lugar, cómo no, el factor nostálgico: los más talluditos recordamos cómo empezó a publicarse entre 1990 y 1992 en el suplemento infantil del efímero diario “El Sol”, y también muchos recordamos arcos argumentales realmente sorprendentes que nos permitieron asomarnos un poco más a la vida de sus integrantes (por ejemplo… ¿cuántos de los presentes sabían que Rondador es un sablista consumado que se adapta como nadie a las vicisitudes de la vida pirata?).

Así que os invitamos a todos a asomaros al tomo Marvel Gold dedicado a estos peculiares superhéroes y a descubrir el desenfadado e interesante trasfondo de “Excalibur”. Y, cómo no… ¡Esperamos vuestros comentarios en Akira Cómics!