El arte en el cómic: obras famosas reflejadas en el Noveno Arte (1)

No es raro encontrar en la mayor parte de nuestros cómics favoritos referencias que, en el peor de los casos, nos resultan vagamente familiares. Esto suele ser porque tienen su reflejo en otras artes y se introducen como guiño al lector. Hoy veremos unas cuantas.

Como guiño al lector, como homenaje especialmente dibujado, como una pista dentro de la trama… no es raro que los dibujantes de cómic introduzcan referencias a obras de arte, y no sólo nos referimos a la pintura y la fotografía (las más evidentes), sino que también es común el detectar referencias a piezas musicales o a determinadas obras teatrales, por ejemplo:

No obstante, al tratarse de los casos más evidentes y visuales, en este artículo nos vamos a centrar en los ejemplos relacionados con la pintura y la fotografía. Así que vamos a comenzar el viaje, como siempre, de la mano de Akira Cómics.

Albert Uderzo dibujó muchísimas referencias a grandes clásicos de la pintura, y os resultará fácil acceder a la gran mayoría de ellos si le echáis un vistazo a “El aniversario de Astérix y Obélix: El libro de oro” en el que, a modo de homenaje, podréis ver versiones de los personajes de estos cómics parodiando a grandes clásicos del arte universal.

Pero, por mucho que eliminemos las referencias del libro de oro, entre las viñetas de sus aventuras se ocultan auténticas joyas. Y vamos a descubrir algunas… Veamos:

En “Astérix legionario”, vemos este más que evidente homenaje a La balsa de la Medusa, cuadro pintado por Théodore Gericault en 1819.

Como curiosidad adicional, podemos añadir que este cuadro ha sido uno de los más parodiados dentro del mundo del cómic. En “Trolls de Troy” también lo encontramos:

Y, yendo al cómic americano, sobre el que profundizaremos más tarde, nos lo volvemos a encontrar en la apocalíptica doble página interior incluida por Frank Quitely en su cómic “Earth 2”.

Y ya, por último, y para no desvariar más y seguir con Astérix, el homenaje a este mismo cuadro que fue la portada del número 100 de “El víbora”:

Siguiendo lo prometido, continuamos con Astérix: en “El Adivino”, tenemos este guiño a la obra La lección de anatomía del Dr. Nicolaes Tulip, que pintó Rembrandt en 1632.

Y, continuando con nuestro viaje por el arte en las aventuras de nuestros irreductibles galos, en “Astérix en Bélgica” nos plantan en bandeja una página entera dedicada a un banquete heroico que parodia a La boda campesina de Pieter Brueghel el Viejo (1568).

¡Toca ahora dar un salto a algo un poquito más moderno! En “Los laureles del César” tenemos una referencia inequívoca (recurrente, por cierto) al Retrato de Marilyn Monroe de Andy Warhol (1968).

El siguiente que sugerimos, aunque parece traído por los pelos, es un clásico de los que somos aficionados a la historia militar: también en “Astérix en Bélgica” encontramos otra referencia, esta vez a un cuadro de Jean-Louis-Ernest Meissonier: 1814. Campaña de Francia, de 1864.

Y, obviamente, no nos vamos a dejar el guiño a la película “Cleopatra”, dirigida por Joseph L. Mankiewicz en 1963, cuyo cartel se reproduce en la portada clásica de “Astérix y Cleopatra” (1965).

Así que ya tenéis unos cuantos ejemplos para que podáis buscar en vuestros álbumes. Sigamos con más cómics.

En los álbumes de Tintín, este ejemplo arquetípico de la línea clara, solo localicé un guiño directo a una obra pictórica, pero sí encontramos muchos indirectos, y algunas referencias relativas a la fotografía. ¡Vamos a descubrirlos!

El más evidente de todos es el retrato del Caballero Francisco de Hadoque, que aparece en “El secreto del Unicornio”. Nos sugiere el típico retrato militar de finales del siglo XVII, o ya entrado el XVIII.

Y, dentro del mismo álbum, os tengo que decir que esta viñeta me recuerda poderosamente a las láminas y grabados sobre piratas del reputado pintor histórico estadounidense Jean Leon Gerome Ferris (1863-1930). Os pongo su obra La captura del pirata Barbanegra en 1718 (1920) que os permitirá apreciar las similitudes de estilo.

En “El cetro de Ottokar” tenemos dos muestras de arte al estilo cómic: por un lado el retrato del rey Muskar XII, perfecto reflejo del retrato cortesano de principios del siglo XX y que, juraría, ha sido inspirado por el retrato realizado por Philip de Laszlo para Alfonso XIII, Alfonso XIII con uniforme de húsar, de 1927. El parecido de la uniformidad es, como mínimo, asombroso.

Y, en el mismo cómic, aparecen varias miniaturas de corte medieval: una primera al estilo de la Biblia de Maciejowski, de mediados del siglo XIII; y una segunda al estilo de las miniaturas turcas de mediados del siglo XV.

Y, ahora, una curiosidad: ya que estamos hablando del álbum: el lema de Syldavia (Eih bennek, eih blavek) es una adaptación fonética de una expresión en neerlandés, Hier ben ik, hier blijf ik, que significa “aquí estoy y aquí me quedo”. El traducirlo como “Quien con él se roza, con él se pincha” es una ocurrencia de Hergé, que adopta el lema de la región francesa de Lorena (cuyo emblema es un cardo). Y, tras este pequeño inciso, regresamos a rastrear los álbumes de Tintín.

En “Tintín en el país del oro negro” nos encontramos con otras dos referencias curiosas, de nuevo tirando de retratos oficiales: Por un lado tenemos el retrato del rebelde Abdallah… que se parece mucho a una fotografía oficial del joven príncipe Faisal II tomada en 1941:

¡Y qué decir de su padre! El emir Mohammed Ben Kalish Ezab tiene un sospechoso parecido con el rey Saud de Arabia Saudí (aunque no tiene retrato en sí):

La lástima es no haber encontrado una fotografía en la que salga sentado, con el bastón y las gafas, que se parece todavía más. Pero no se puede tener todo en esta vida.

Se pueden encontrar varias referencias más, sobre todo con respecto a retratos y escultura de corte político dentro de lo que es el mundo bordurio (para más información, y animaos a buscar, os remito a “El asunto Tornasol”), pero creo que ya tenéis para empezar.

Pasemos ahora a revisar más cómics.

Ibáñez también ha hecho de las suyas… vamos a ver:

La primera referencia, simplemente por ahorrarnos indicar el cuadro de referencia (porque ya lo hemos usado antes), lo encontramos en el homenaje que hace a Escobar en “Historia corta y discreta del genio de la historieta” de principios de 1984. Sin más:

Y seguimos: en “Esos kilitos malditos” encontramos varias referencias: la más evidente es esta viñeta en la que se parodia a Las tres gracias de Rubens (aprox.1637).

Hay que añadir que las renombra como “Las tres Garcías”, pero nos vale.

En el mismo álbum encontramos también una alusión a El caballero de la mano en el pecho, que pintó El Greco en 1578 (aprox.). Aunque la parodia llamada “El caballero de la mano en el techo” no es muy evidente, sí que refleja el perfil delgado y espigado de las figuras que pintaba el cretense:

Saltamos ahora a “El quinto centenario” (1992), en el que aparecen dos parodias evidentes: la primera es relativa al cuadro llamado Primer desembarco de Cristóbal Colón en América, pintado por Dióscoro Teófilo Puebla y Tolín en 1862, tanto en su portada como en las viñetas interiores:

Y, obviamente, alude también a la obra Recibimiento de los Reyes Católicos a Colón en Barcelona, tras regresar del Nuevo Mundo, de Ricardo Balaca (1844-1880):

En "La elasticina” (1980), el Súper nos muestra sus dotes pictóricas, aunque nos encontramos con una fotografía insertada en la viñeta, en vez de con una adaptación al modo del humor Bruguera.

Seguimos: en “Timazo al canto” (1994) tenemos una Maja vestida… de astronauta, en clara alusión al famoso cuadro que Goya pintó entre 1800 y 1808:

Nos mantenemos con las obras de Francisco de Goya: en el álbum “¡El dos de Mayo!” (2008), aparece parodiado, cómo no, Los fusilamientos del tres de mayo, que pintó en 1814:

Y, por supuesto, un cuadro tan famoso y conocido como La Mona Lisa (1503-1505, Leonardo da Vinci) no podía dejar de aparecer: en el álbum “¡En la Luna!” (2008).

A la que, por cierto, alude también Escobar en el álbum de Zipi y Zape “El tonel del tiempo” (1971):

Os voy a mostrar ahora una viñeta en plan de broma… que no lo es tanto: aunque a Ibáñez no le dejaran colgar en el Prado su obra Las mininas…

…sí que hizo una versión la mar de potable de Las Meninas hecha en acuarela como obsequio dedicado –no aparece en ningún álbum– que os dejo por aquí: