En la pequeña farmacia de la familia Botero, el amor es el ingrediente principal. Cada botella contiene más que remedios sencillos: son fórmulas que curan el corazón y prometemos solucionar cualquier problema sentimental. Aunque no se puede medir en gotas o gramos, no hay mejor medicina que una dosis diaria de amor.En una zona en remodelación de Seúl, una misteriosa farmaciaaparece entre las viejas casas en ruinas. Dice vender pociones quepueden arreglar o conseguir el amor. La prueba viviente: el hombrefeo y gordito, como salido de un cuadro de Fernando Botero, que laatiende. Nadie se explica que sea la pareja de la preciosa farmacéuticaque atiende a los clientes.El espacio se llena de música, aroma a infusiones, cómodos sillonespara aconsejar a los visitantes y dispensar las pócimas. En esteambiente relajado se reúnen personas de todo tipo, cada una con suspropias historias y heridas. ¿Puede esta farmacia del amor realmentesanar sus corazones?