En este álbum de vena autobiográfica, nos encontramos con el Trondheim introvertido, a veces misántropo, un pelín hipocondríaco también. Nos entrega anécdotas y reflexiones cotidianas que plasma con esa ironía tan propia de él, esa provocación y esa facilidad para reírse de si mismo, que se han vuelto la marca de fábrica de nuestro hombre.