Angel Wings Vol.5: Black Sands. Angela MccLoud en Iwo Jima

23/02/2021
  • Romain Hugault continúa las aventuras de esta intrépida WASP (Women Airforce Service Pilots) que, en esta ocasión, se ve llevada a la isla de Iwo Jima, donde encontrará más pistas sobre el destino de su hermana Maureen.

  • Pero, como en Akira Cómics nos gusta hacer las cosas de un modo diferente y no olvidamos la vocación didáctica en cuanto a Historia de la guerra aérea que tienen los cómics de este autor, en esta reseña nos centraremos en los exquisitos aspectos de documentación que utiliza para lucirse.

    Más que nada porque todos conocemos lo bien que dibuja los aviones, y su gusto por la estética femenina pin-up (que disfrutaréis en todo su esplendor en la página 23 del álbum). Así que vamos a por ello, empezando por lo más evidente.

  • Los aparatos: ¿qué aviones salen?

  • Para empezar a hablar de los aviones de este álbum, en esta ocasión comenzaremos hablando de un barco (tiene su chiste, y ahora lo entenderéis): en la primera página aparece, perfectamente documentado, un destructor clase Allen M. Summer, el DD-733, conocido por el nombre Mannert Lincoln Abele, comisionado el  4 de julio de 1944 y hundido por una bomba volante japonesa (ahora nos extenderemos sobre ello) el 12 de abril de 1945.

  • Y empezamos con las aeronaves: en la segunda página podemos ver una formación de bombarderos japoneses Mitsubishi G4M.

    Un bombardero medio muy versátil y de bonita línea construido siguiendo estándares europeos, con sus dos motores radiales de 14 cilindros en doble estrella Mitsubishi Kasei tipo 11 (que tendían a arder con facilidad si eran alcanzados por fuego enemigo), 7 tripulantes (que se pueden contar: piloto, copiloto, navegante/bombardero/artillero frontal, capitán/artillero dorsal, operador de radio/artillero lateral, mecánico de vuelo/artillero lateral, artillero posterior), y su artillería: en el morro, torreta dorsal y flancos, sendas ametralladoras tipo 92 de 7,70 mm; y en la sección de cola, un cañón tipo 99 de 20 mm (basado en el Oerlikon FF de fabricación Suiza).

    Pero lo que nos chocará de su configuración es que, en lugar de llevar un torpedo de 858 Kg, lleva otra cosa.

  • ¿Y qué es lo que lleva? Literalmente, un misil tripulado: el Yokosuka MXY-7 “Ohka. Este avión, diseñado exclusivamente para acciones kamikaze, era un reactor propulsado por 3 cohetes de propergol sólido que podían lanzarlo a una velocidad máxima de 1040 Km/h… y estaban cargados con una ojiva de 1200 kg de trinitroaminol, un explosivo muy estable con un poder superior al del TNT.

    Ni qué decir tiene que la detonación de uno de éstos basta para enviar un buque de superficie al fondo del mar… o causar un bonito estropicio si es derribado en el aire (como descubre el bueno de Rob).

    La verdad es que estos increíbles aparatos no resultaron especialmente útiles, pero una de las acciones en las que fueron efectivos fue en el hundimiento del pobre Mannert L. Abele: el Ohka golpeó la línea de flotación cerca de la proa, haciendo desaparecer prácticamente la sección media. Partió el buque en dos y se hundió con rapidez, aunque “solo” causó 84 muertos de los 336 miembros de la tripulación.

  • El Abele fue el único barco hundido en la campaña de Okinawa por este medio… ¡Qué suerte ha tenido Angela!

    Por lo demás, no he podido evitar fijarme en que la secuencia de la acción me recuerda poderosamente a este corto perteneciente a la película The Cockpit, del maestro de la animación japonesa Leiji Matsumoto.

    En la quinta página, disfrutamos de la vista de la aproximación de los Mustang P-51D del escuadrón de caza 462 (se activó el 21 de octubre de 1944 y se desmanteló el 1 de abril de 1959), perteneciente al grupo de caza 506 (se activó el 5 de octubre de 1944 y se desmanteló el 16 de diciembre de 1945 para reactivarse posteriormente durante la Guerra Fría).

    En principio, estaba basado en la isla de Tinian (una de las Marianas) para luego pasar a Iwo Jima con objeto de servir de escolta a los B-29 que salían desde las Islas Marianas a bombardear Japón (la autonomía del P-51D era de 2755 Km siempre que fuese dotado con depósitos externos, insuficiente para ir y volver desde la base de Tinian).

    En todo caso, el distintivo de grupo y escuadrón de estos bonitos cazas se distingue por el característico capó en color verde y la cola amarilla (los del grupo 507 la tenían verde botella, y alguno se ve). Y siempre es una gozada disfrutar de esa aerodinámica propulsada por el motor V12 a 60º Packard V-1650 (variante del Rolls Royce Merlin) de 1490 caballos, así como las visibles 6 ametralladoras alares Browning de 12,7 mm y los dos soportes subalares de anclaje para bombas, cohetes o depósitos auxiliares.

  • Antes de pasar al siguiente aparato, vamos a detenernos en el que pilota Angela: sigue siendo un P-51D, pero, como se le indica en la página 17, es un Josephine (su designación por radio era Dumbo).

    Estaba configurado de la siguiente manera: el tanque conectado al soporte subalar izquierdo estaba compuesto por mitades unidas que eran rápidamente separadas al soltarlo para liberar una balsa neumática Mark IV tipo D para un solo hombre.

    El tanque derecho llevaba un peso igual de lastre (para equilibrar el vuelo). El radio de búsqueda y rescate de pilotos se extendía a unos 90 kilómetros alrededor de Iwo Jima. El tanque que contenía el bote debía dejarse caer volando a cota muy baja y apuntar con precisión (y no demasiado bajo para lograr que el tanque se abriese antes de que pudiera dañarse o hundirse en el agua) a un piloto u otro náufrago (normalmente tripulantes de B-29) que no tuvieran acceso a su propia balsa inflable.

    Una vez lanzado el salvavidas al piloto, se facilitaban las coordenadas para que otro Dumbo (si el rescate era aéreo, normalmente un hidroavión), Playmate (si era un submarino, como vemos en la página 44), o Juke Box (si era un destructor) hiciesen la recogida del náufrago.

  • El siguiente aparato que disfrutaremos, en la página 30, es el fastuoso bombardero pesado Boeing B-29 Superfortress. Todos lo conoceremos por ser el modelo que lanzó las bombas atómicas sobre Japón, pero era una maravilla de la técnica de la época: cabina presurizada, control de tiro electrónico, torretas defensivas accionadas de forma remota…

    Se precisaban para su manejo 11 tripulantes (comandante, piloto, ingeniero de vuelo, bombardero, navegante, operador de radio, operador de radar, y cuatro artilleros), estaba propulsado por 4 poderosos motores radiales de 18 cilindros y 2200 caballos Wright R-3350 Duplex-Cyclone que le concedían una autonomía máxima de 9000 Km y una velocidad máxima de unos 575 Km/h (aunque no solía exceder los 350 Km/h de velocidad de crucero).

    Estaba artillado con 10 ametralladoras Browning M2/AN de 12,7 mm en 5 montajes dobles en las torretas a control remoto, y era capaz de transportar hasta 15 toneladas de bombas… Un dragón plateado capaz de borrar un cuadrante de mapa por sí solo.

  • En la página 32 entraremos en contacto con otro avión japonés: el Kawanishi N1K1-J “George” (Kyofu, en terminología japonesa), un excelente avión de caza japonés de desarrollo demasiado tardío como para cambiar el curso de la guerra en el escenario del Pacífico: estaba propulsado por un motor radial de 18 cilindros a inyección de metanol de 1975 caballos Nakajima NK9H Homare que le daba una velocidad de 656 Km/h y estaba armado con 4 cañones de 20 mm tipo 99. Un aparato que podía combatir de tú a tú con el poderoso Mustang.

    Una de las características de los cómics de Romain Hugault es que le gusta meter, al menos, un modelo de avión poco frecuente: en este caso lo encontramos en el bombardero-hidroavión de patrulla marítima Martin PBM Mariner de la página 38.

    Un gigantón equipado con 5 torretas defensivas (8 ametralladoras Browning de 12,7 mm) y bahías de carga de bombas (hasta 1800 Kg). Ala de gaviota con diseño en voladizo, cola doble, tren de aterrizaje y barquillas de amerizaje retráctiles, y 2 motores radiales Wright 2600 de 14 cilindros que, pese a todo, no lo propulsaban demasiado rápido: unos 325 Km/h.

  • Y ya, por último (aunque en la página 40 se ve en segundo plano un Chance Vought F4U Corsair), El Lockheed PV-1 Ventura del escuadrón de patrulla y bombardeo 150 (VPB-150), conocido como los Devilfish P-Viators.

    Fue un escuadrón transferido a las bases aéreas que la Marina estadounidense tenía en las Hawaii antes de ser destinados a Tinian entre finales de agosto y noviembre de 1944, ergo la mayor parte de sus componentes eran nativos isleños, que, como distintivo, usaban un llamativo pulpo verde (Kanaloa, dios marino isleño) aprovechando el efecto que daba la torreta dorsal del PV-1.

    Este avión, dada su estabilidad, era muy versátil: podía configurarse para transporte, bombardeo, reconocimiento fotográfico patrulla marítima, enlace, labores antisubmarinas…

    Estaba artillado con 2 ametralladoras Browning M1019 de 7,62 mm en la torreta dorsal, y 4 Browning M12 de 12,7 mm bajo el morro. Estaba propulsado por 2 motores radiales de 18 cilindros  Pratt & Whitney R-2800 de 2000 caballos cada uno, que le podría dar una velocidad de hasta 518 Km/h.

  • Vamos a pasar ahora a conocer a los distintos personajes históricos que nos presentan en este notable cómic.

  • ¿Quiénes aparecen en este cómic?

  • Comenzaremos con lo bien logrado que, en la página 15, aparece el general William Joseph "Wild Bill" Donovan, en aquella época comandante en jefe de la Oficina de Servicios Estratégicos (O.S.S.), agencia de inteligencia que supuso el embrión de lo que después sería la C.I.A.

    En su gabinete, con él, distinguimos al corpulento general Leslie Richard Groves, que veremos también más tarde, que fue encargado de la supervisión de la construcción del Pentágono y fue mando a cargo del Proyecto Manhattan para el desarrollo de la bomba atómica (que no os engañe su rudo aspecto: estaba graduado por la Universidad de Washington y por el MIT).

    En la página 17 veremos al general de brigada Ernest M. “Mickey” Moore, comandante del VII grupo de combate, y organizador de las escoltas de cazas P-51 para la campaña de bombardeo estratégico contra Japón. Nunca dejó de ser piloto, e insistía en acompañar a sus hombres en su propio P-51. Lo hacía durante la primera parte de los vuelos, ya que no le permitían entrar en combate. Implantó, además, unas normas de descanso mínimo por las cuales ningún piloto debía realizar más de 6 misiones de largo alcance en un mes.

  • Por último, ya en la página 37, podemos reconocer sin problema al doctor Enrico Fermi, físico Italiano nacionalizado estadounidense en julio de 1944, conocido por el desarrollo del primer reactor nuclear y sus contribuciones al desarrollo de la teoría cuántica, la física nuclear y de partículas, y la mecánica estadística, así como miembro activo del equipo del Proyecto Manhattan por mediación de Robert Oppenheimer, que es el compañero que aparece tocado con su característico sombrero.

  • Analicemos ahora las detalladas localizaciones geográficas.

  • ¿Dónde transcurre la acción?

  • Vamos a empezar con la detallada vista de Iwo Jima en la página 12, en la que podemos ver la isla con todo detalle de sur a norte: en primer plano el monte Suribachi, un poco más arriba el aeródromo sur (o “aeródromo 1”) con su característica pista triangular, algo más arriba el aeródromo norte (o “aeródromo 2”) con sus dos pistas cruzadas, y llegamos a ver un poco más al norte la pista única de un tercer aeródromo en construcción.

    En la costa este, de sur a norte, aún podemos ver las posiciones del desembarco correspondiente al asalto: vere, rojo 1, rojo 2, amarillo 1, amarillo 2, azul 1 y azul 2. En la costa oeste fueron morado, marrón 2, marrón 1, blanco 2, blanco 1, naranja 2 y naranja 1.

     Se ve que todavía no estaba conquistada, vistos los efectivos a su alrededor… y es lógico: la batalla por Iwo Jima duró del 16 de febrero al 25 de marzo de 1945, fecha en la que los defensores restantes se inmolaron en un ataque frontal suicida (denominado carga banzai) que aparece representado en la página 26.

    El segundo, y a la vez el más curioso, es el “Ye Olde iwo Jima Spa”. ¡Existió, queridos lectores! Se construyó por iniciativa del Teniente Coronel Joseph Walter, médico jefe del VII comando de cazas: sobornó al Batallón de Construcción Naval (Seabees) para construirlo canalizando el agua salada sulfurosa termal procedente de las entrañas de Iwo Jima (que, a la postre, es una isla volcánica). Y sí, lo que veis que sostienen los soldados en la foto son cervezas, que también salen en el cómic.

    El tercero, en la página 31, la impresionante vista aérea de Osaka, cuyo puerto es perfectamente reconocible.

  • El cuarto, y también deliciosamente documentado, es el punto en el que se realizó la primera detonación nuclear de prueba, en White Sands (Alamogordo). Lleno de detalles, empezando por la torre de 30 metros desde el que se precipitó la bomba, llamada “Jumbo”, así como el núcleo de la bomba, llamado “Gadget” (ambos en la página 37), así como el estado en el que quedó el terreno de prueba, perfectamente recreado en la página 48.

    Pero… ¡No se vayan todavía, que aún hay más!

  • Otros detalles históricos menores

  • Comenzaremos por mencionar el Hachimaki que el kamikaze japonés luce en las primeras páginas. Esta cinta, normalmente de tela roja o blanca, es usada por los japoneses aún hoy día como símbolo de esfuerzo o constancia. Pese a que el imaginario popular tiende a ligarlo a los pilotos kamikaze, realmente es un símbolo que usaban para los espíritus malignos y, al mismo tiempo, verse provistos del valor necesario para poder acometer sus misiones con éxito.

  • Como nota curiosa, en la página 14, aparece una enfermera llamada Beatrice S. D. Aligheri. Teniendo en cuenta que comparte apellido con Dante (el autor de “La divina comedia”), que su segunda inicial es “D” (de Dante), y que el amor de su vida fue Beatrice Portinari, me parece, si no un guiño curioso, sí una feliz coincidencia.

    Los emblemas de unidad están también perfectamente recreados: desde el de la denominación “Sun Setters VII” correspondiente al VII comando de cazas, como a la insignia de las WASP, que aparece en la página 17 y cuya historia os viene en la página 2. También el parche de los Devilfish P-Viators en la página 41.

    Otro detalle curioso es la recreación tomada de esta foto del simulador “Uncle Dog”: un ingenioso sistema de simulación de vuelo creado el mismo año 1945 en Iwo Jima a la llegada del 506 por el sargento de mecánicos Charles Barr, usando para ello un depósito desechable de P-51 a modo de fuselaje, e instalando un motor japonés recuperado para su movimiento y rotación guiado por el sistema electrónico del Mustang. Un improvisado prodigio técnico de la época que luego fue mejorado e implementado en todas las unidades y que podéis ver en la página 17.

  • En la página 19 (luego sale otra vez), aparece la figura del “Short Snorter”, que tiene una historia muy curiosa: era una especie de “bono de camaradería” entre compañeros de armas dentro de las fuerzas aéreas.

    Cada vez que un piloto y/o auxiliar aparecía en una nueva escuadrilla o realizaba un vuelo largo (normalmente transoceánico), los componentes de ese vuelo o los componentes de la nueva escuadrilla firmaban un billete de banco para cada miembro que iba uniéndose con cinta adhesiva a los que ya pudiesen poseer, formando un rollo que se guardaba.

    Cada vez que alguien se encontraba con un piloto con el que ya había coincidido en otro destino o viaje, le reclamaba enseñar el “Short Snorter” (el nombre que se le daba al rollo de billetes). En ese momento, todos los pilotos presentes debían enseñar el suyo. Si alguno no lo hacía (por no llevarlo encima o por resultar un completo novato), le tocaba pagar una ronda para todos los presentes.

    ¡Y en esa ronda reside el origen del nombre! Como la combinación de vuelo, altura y alcohol no se llevan nada bien, los pilotos sólo podían beber cafés, refrescos y lo que se llamaba “Short Snort”, es decir, un “sorbo corto”. Un pequeño chupito de alcohol.

    El “Short Snorter” se usaba también para dirimir conflictos de privilegio o veteranía, puesto que lo ganaría el que tuviese el “Short Snorter” más largo. Es un detalle muy poco conocido que sólo los más familiarizados con la Historia de la guerra aérea conocemos.

    Otro detalle mínimo pero significativo lo tenemos en la página 28, en la cajita de Air Crew Lunch que, efectivamente, existía, estaba producido por la Charms Company, de Bloomfield (New Jersey) y que contenía dos barras de chicle, dos caramelos blandos masticables, y caramelitos duros. Se les entregaba a los pilotos que afrontaban misiones de más de 3 horas. Eran muy prácticos, porque podían manejarse con una sola mano y tenía sus botones dispensadores (y eso que era de cartón).

    En la última página, podemos ver un modelo de blindado curioso: tras la prueba Trinity, tanto Enrico Fermi como el físico Herbert Anderson diseñaron y utilizaron unos curiosos tanques con un blindaje extra de plomo que usaban el chasis de los carros de combate Sherman. En ellos estaban lo suficientemente aislados de la radiación como para tomar lecturas y muestras, como podemos ver en la última página de este excelente cómic.

  • Por último, el apelativo de la protagonista: “Fifinella”. Tiene todo el sentido del mundo: se trataba del nombre de una simpática figura alada llamada así que, a su vez, era el nombre que se le daba a las gremlins hembras (entendidos como los traviesos seres feéricos culpables de las averías mecánicas creados por Roald Dahl), y que fue diseñada por el mismísimo Walt Disney, que dio el permiso para que fuese utilizado como mascota oficial de las WASP. Como Angela McCloud es una de ellas, el apelativo le viene al pelo. Además, solía usarse como apodo de cualquier piloto WASP.

    ¡Epa! Olvidaba una cosa: este cómic tiene banda sonora: el autor os facilita los títulos y autores de las canciones que aparecen en la página dos.

    Esperamos haberos descubierto guiños y detalles que os resulten desconocidos y que os sirvan para descubrir cosas nuevas con respecto al apasionante mundo de la guerra aérea. En vuestra tienda favorita disponemos de una sección de bibliografía al respecto y, si no, siempre puedes preguntar y comentar tanto con el equipo como con el resto de los lectores.

    ¡Y acordaos siempre de surcar los cielos a través de los cómics de Romain Hugault!

Francisco Javier Illescas Díaz


Amante de la lectura desde antes de saber leer. Dueño de un ojo certero para discernir hasta los más nimios detalles. Gran aficionado a la Historia y azote de gente poco documentada.

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