Akira Cómics: más que una librería, una experiencia

12/09/2023
  • El 11 de Septiembre de 2023 Akira Cómics ha cumplido 30 años y para celebrar tan redonda cifra hemos hecho un repaso por las tres décadas de nuestra existencia comentando los puntos más importantes de esos treinta años. Sentaros y disfrutad de la lectura de esta entrada del blog porque vamos a contar muchas muchas cosas.
  • Akira Cómics abrió sus puertas un sábado 11 de septiembre de 1993. Un soleado y típico día de final de verano donde los cuatro miembros de la familia Marugán nos embarcábamos en una aventura familiar gestionando un negocio modesto con un local de apenas 25 metros cuadrados. A lo largo de estos treinta años la librería ha crecido algo más de 46 veces su tamaño original y a lo largo de los siguientes puntos (muy localizados en el tiempo dentro de este arco de tres décadas) trataremos de explicar cómo hemos llegado hasta el momento presente. Un viaje sin duda para nada imaginado aquel sábado primigenio del año 1993.
  • ¿Cuál es la clave para llegar hasta aquí?

  • Muchas veces nos preguntan esto, especialmente los periodistas que en infinidad de ocasiones han pasado por la librería para entrevistarnos. Todos quieren saber el secreto de la Coca-Cola, de cómo un sitio vendiendo cosas tan de nicho, tan alejado del centro, y sin estar relacionado con editoriales o franquicias ha llegado tan lejos. 

    La respuesta es sencilla: trabajando más que los demás.

      Tampoco tiene mucho truco si lo piensas bien. Es el A-B-C del éxito en esta vida, la cuestión aquí es que para ese éxito puedes elegir algunos atajos o tratar de volcar todo tu tiempo y pasión en trabajar y esforzarte lo máximo posible incluso sacrificando festivos. Reconozco que ser hijo de toledanos, educados en el trabajo duro de sol a sol ayuda a interiorizar esa forma de entender la vida laboral especialmente si eres autónomo y quieres depender de tu trabajo en un mundo rodeado por una competencia feroz y por mil problemas.

    Nosotros elegimos desde nuestro arranque el camino de la independencia y eso siempre es complicado. En este país no gusta la competencia y ya abrir una tienda de cómics en un mercado tan pequeño causó hostilidad y malestar, hasta el punto de que todavía queda gente que arrastra animadversión hacia nuestra librería tan solo por abrir y amenazar el estatus quo de las demás hace treinta años. Si no te alineas con alguien o te pones bajo el ala de otro también es complicado en España, y de nuevo ganas en libertad de acción, en no agradecerle nada a nadie pero a cambio reclutas enemigos u hostilidad porque esa independencia, en el país que acuñó la palabra “cacique”, no suele gustar.

      Ante eso puedes hacer dos cosas, o te vienes abajo y te quedas por el camino o te endureces y sigues trabajando para crecer y crecer. Nosotros optamos por lo segundo a costa de asumir que hay una cantidad de personas que no perdonan esa independencia y serán hostiles hasta el final. (Ya volveremos a este tema en uno de los últimos puntos de este artículo).


  • ¿En el Barrio del Pilar?

  • Una de las preguntas más habituales desde que abrimos y la que más nos hace la gente que pasa por la librería: Se extrañan de que en una ciudad como Madrid, cuya ley no escrita dicta que una tienda de cómics ha de estar en el centro y si no al menos en la almendra central, haya una librería especializada como la nuestra en un barrio periférico como es el Barrio del Pilar. Se extrañaban en 1993 cuando fuimos pioneros en esta costumbre de irte a un barrio periférico y se siguen extrañando hoy aunque ya seamos algunos más los que trabajamos fuera de la M-30.     

        Para responder a esto hay que pensar que nosotros siempre hemos vivido en el Barrio del Pilar desde 1979 y fue siempre un barrio sin tiendas especializadas hasta 1993 así que para Iván y para mí, los hijos frikis de esa familia que montaba una tienda en 1993, especializarte en  cómics y que estuviera en tu barrio era una idea perfecta. Un barrio altamente poblado, un barrio de un nivel adquisitivo medio, sin otra tienda en kilómetros a la redonda y sobre todo con el centro comercial más conocido y longevo del país, La Vaguada.

      Muchos años después, en mis viajes a USA, he asistido a montones de reuniones sectoriales de ComicsPRO (la asociación de libreros de cómics norteamericana a la que pertenecemos desde 2016) y ellos siempre recomiendan poner una tienda de cómics en un lugar alejado de otras por aquello de tener una clientela más abundante y no sufrir una competencia con alguien ya establecido a la puerta de tu establecimiento. Les explico nuestro caso en Madrid (y cada vez más en otras ciudades de España) y no nos entienden. Me miran como el que mira a un extraterrestre. No entienden la postura del que sacrifica crecimiento por comodidad a través de esa frase tan escuchada de “bueno, ya que vienen al centro, pues se pasan por mi tienda” como forma de justificarlo.

      Nosotros, por decisión propia (y porque queríamos dotar a nuestro barrio que tanto amamos de una tienda de cómics) ignoramos esa ley no escrita y tiramos adelante. Es más nunca hemos sucumbido a la tentación de mover la tienda a otro barrio más céntrico abandonando a nuestra clientela original y al barrio que nos alberga. Tampoco la de montar una franquicia en una zona más céntrica. La tienda sería única y estaría en el Barrio del Pilar y desde entonces el que quiere conocerla viene hasta ella, sea de donde sea, porque es una buena forma de filtrar al que realmente te quiere visitar / conocer / comprar del que sencillamente te visita porque estás “a mano” o junto a otros de tu mismo sector.

      En esos primeros años no lo sabíamos pero eso sería nuestra primera y más clara seña de identidad: una librería grande, diáfana y espectacular alejada del centro de Madrid y del resto de sus colegas de gremio. Esta última parte de la frase entronca con lo que hablaba de independencia en el primer punto. En el sector de la venta de cómics es una ventaja increíble (a efectos de crecimiento y relevancia) que pertenezcas a una editorial de cómics o que montes una cadena de tiendas por tu ciudad. Nuestro caso nunca ha sido ese sino más bien el de la famosa Harrods londinense que presume de ser un local único porque pone en valor la experiencia de ser visitado. Nosotros abrimos sin conocer el caso de Harrods pero en algún momento de estos treinta años nos dimos cuenta de que habíamos emprendido el mismo camino.


  • "Think Different"

  • El famoso slogan de Apple que acuñara el ya desaparecido Steve Jobs fue perfecto para lo que en muy poco tiempo convertimos Akira Cómics. Ya en el propio primer año, esos últimos meses de 1993 entendimos (quizás de una forma más inconsciente que calculada) que si te quieres hacer un hueco en un mercado tan pequeño y alejado de nuestra ubicación como el de las tiendas de cómics (máxime en ese año que estábamos como país en una de esas crisis galopantes que de tanto en tanto nos sacuden y que ponen la economía patas arriba) tienes que “pensar diferente”, pensar fuera de la caja que dirían los anglosajones. Y lo pusimos en práctica de forma inmediata ya que planteamos la librería como un lugar donde se pudiera encontrar stock de cómics atrasados siempre, repuestos cada semana. Nada de olvidarte de los cómics o mangas o libros atrasados si se agotan y tienes rotura de stock. Nosotros de forma puntual los pedíamos de nuevo, de hecho reinvirtiendo las ganancias de la librería en incrementarlo para garantizar muchas copias de títulos atrasados. Ampliando muebles y rediseñándolos para que tuviera cabida más y más stock, buscando el boca a boca del fan madrileño que necesitara completar números atrasados. Y la piedra angular de todo aquello eran las grapas, ese producto tan complejo de vender cuando se convierte en atrasado (por la inmensa cantidad de trabajo que comporta para lo poco que cuesta) Hoy en día arrastra hostilidad de muchos fans y críticos precisamente por eso, porque no gusta de trabajar ante lo incómodo de su formato, precio y margen. Para nosotros por el contrario la grapa atrasada era uno de los cimientos de la librería y sigue siendo una de las partes más importantes, de las señas de identidad de un sitio especializado como nosotros, y parte definitiva para enganchar a niños y adolescentes, algo que nos encanta y que permite que la clientela de Akira Cómics se rejuvenezca año tras año.

      El Think Different nos llevó en 1995 a entrar en un lugar raro y novedoso que despertaba el chascarrillo y la incredulidad de casi todo el mundo: internet. Como informáticos e hijos de informático la presencia tecnológica ha estado presente en Akira Cómics desde 1994, año en que informatizamos los TPV para despachar con lector de códigos de barras, realizar reposiciones a partir de las ventas que nos sugiriese el ordenador y digitalizar todo el stock (ya relativamente amplio por aquel entonces). Ese camino llevó de una forma casi inmediata a conocer eso llamado internet que en 1995 estaba abandonando el uso de las primitivas BBS (los más viejos del lugar sabrán de lo que hablo) frente al protocolo http a través de navegador. Montamos la primera web de Akira Cómics y empezamos a ofrecer nuestro catálogo a través de ella. Era una apuesta distinta, rara, novedosa, y muy risible para el común de las empresas de ese tiempo. Nosotros entendimos que quizás en el futuro podría ser una de las “patas” en las que se apoyara la librería, incluso hacer un aporte decisivo a la economía del negocio si las cosas iban mal dadas. La crisis del 2008 y la pandemia (como hablaremos más adelante) dieron la razón a esa entrada temprana en internet y, caprichos de la vida, los que en 1995 se reían de nosotros por ser tan extravagantes que “queríamos vender en una cosa llamada internet” acabaron llorando cuando tuvieron que cerrar en el confinamiento mientras nosotros (de forma legal y totalmente autorizada) vendíamos por web sin recurrir a ERTEs o ayudas estatales. (Pero eso, como digo, ya lo trataremos en un punto posterior).

      Nuestro Think Different tiene muchas ramificaciones, desde la forma de exponer los cómics ( con muebles de fabricación propia hechos a medida y en madera maciza); pasando por la mencionada entrada en internet, redes sociales, App para móvil y continuas renovaciones del interfaz web; mostrando una independencia a la hora de tratar con proveedores y editoriales; trayendo a firmar a autores a la librería cuando no era para nada costumbre (las múltiples visitas de Cels Piñol en la década de los 90 crearon escuela y propiciaron el futuro hábito de llevar autores a las librerías de cómics en la década del 2000 y posterior); la forma de trabajar el manganime, importando productos de Japón en unos años donde apenas había títulos en castellano y todo aquello era un nuevo mundo para los incipientes fans del manga en nuestro país; realizando colaboraciones con los cines Kinépolis para los estrenos de las trilogía de Star Wars y El Señor de los Anillos entre 1999 y 2005 (que instauraron la moda de organizar quedadas para asistir a los estrenos de películas del género fantástico a partir de entonces). Y por supuesto teniendo a un miembro de la librería, Iván, que comprometido desde siempre con la ayuda a los más necesitados decidió embarcar a la familia y a Akira Cómics en una dinámica de colaboración con múltiples ONG’s cada año (hasta el día de hoy) que le llevó incluso a dejar su trabajo y familia para colaborar con la ONG “Casa Guatemala” en la aldea Riodulce de Guatemala durante 2006.

      Dentro de esos Think Different un poco alejados de la rutina de venta y recomendación de cómics que tenemos los libreros entraron iniciativas propias como la de montar un Museo de Originales del Cómic en 2015 como forma de dotar de un extra cultural a la librería puesto que hablamos de un espacio de casi 65 metros cuadrados de acceso gratuito que tiene casi 100 obras originales del mundo del cómic americano y europeo.

      También el Día del Cómic Gratis llegó hasta nosotros en 2010 al conocer esta iniciativa del librero valenciano Ricardo Rodríguez copiando el funcionamiento y enfoque del Free Comic Book Day americano. De nuevo una actividad que supone una fuerte inversión anual pero que deja como réditos a largo plazo una clientela incipiente y joven necesaria para el futuro de la librería. Desafortunadamente en el momento presente ni siquiera somos la mitad de las librerías especializadas españolas quienes participamos anualmente en el Día del Cómic Gratis.

      Somos conscientes de que al final una librería de cómics es juzgada por muchos de sus clientes por lo que vende y por la cantidad de eso que vende y no valoran o se fijan en los extras, ya sea los enumerados u otros diferentes. Aun así como libreros y como familia comprometida con la innovación y el trabajo siempre hemos visto nuestra actividad como una forma de ofrecer extras interesantes y diferentes a la clientela, al menos a la parte de la clientela que los quiera valorar. En nuestro caso podemos agradecer que es una inmensa mayoría de nuestra clientela la que valora y agradece esos “extras” que he enumerado y gracias a ellos hemos podido llegar tan lejos.


  • El "MoneyBall" de los cómics

  • Para cualquiera que conozca la historia de Billy Beane como Manager de los Atletics de Oakland (el famoso Moneyball de la película de Brad Pitt) y sepa de nuestra forma de trabajar los productos propios de una librería especializada verá sin duda bastantes paralelismos entre ambos casos. Y no es casual, ya que nosotros, al igual que Billy Beane, hemos sido siempre conscientes de que no podemos competir en igualdad de condiciones con tiendas que sean cadenas franquiciadas o con tiendas que sean propiedad de editoriales. Es una lucha desigual destinada a la derrota si no piensas de forma parecida a la que pensó Billy Beane a la hora de optimizar los recursos económicos de su equipo para crear un rooster competitivo. En Akira Cómics llegamos a una conclusión parecida muy al principio y optamos por descapitalizarnos de secciones que eran “típicas de una tienda de cómics” pero que en el gran esquema (económico) de las cosas no aportaban rendimiento sino al contrario un lastre al mermar recursos clave y espacio de exposición. Es difícil como librero especializado suprimir temáticas archi-típicas como los posters, las camisetas, los juegos tipo Magic o el merchandising en general cuando son moneda de uso común del sector (a escala internacional) hasta el punto de que una tienda de cómics es percibida por todo el mundo como un gran bazar de productos de mercadotecnia geek aderezada con cómics y mangas (incluso a costa de limitar la presencia visual de esos cómics dentro de la exposición global del establecimiento). No es una opinión, baste visitar librerías de cómics famosas internacionalmente de España, del Reino Unido o de Estados Unidos para comprobar que es una realidad. Nosotros no queríamos competir contra eso porque como librería independiente llevada por una familia de clase media con recursos propios (limitados) sin lazos con inversores, grandes empresas o cadenas, era claro que sería altamente difícil destacar a escala nacional si se pretendía competir en esa “arena” amén de necesitar una inversión económica tan desorbitada como peligrosa (porque os recuerdo a todos que el merchandising es un gigante con los pies de barro ya que su precio es libre, está sujeto a las modas y lo trabaja t-o-d-o el mundo). Con tanto peligro, en Akira Cómics decidimos apostar por lectura, por embellecer la librería, por mejorar sus servicios extra, por disponer de más fondo editorial, por reponer ese fondo con más frecuencia, por trabajar más títulos. En suma se hizo un estudio de optimización de los recursos con casos tan curiosos como el siguiente:

       Hasta 1994 nadie dentro del sector de librerías españolas tenía costumbre de anunciarse a toda página y en contraportada en un cómic de tirada nacional tipo Marvel o Dragon Ball. Se prefería el anuncio más pequeño, el anuncio en revistas o el anuncio en fanzines. El primer tipo era un gasto desmedido que no merecía la pena, no era habitual, nadie lo hacía. No había argumentos técnicos concretos para defender esa negativa (como le pasa a Billy Bean en Moneyball) pero el hecho es que nadie entraba en ello. Nosotros mostramos interés por anunciarnos en los cómics de Dragon Ball editados por Planeta de Agostini (ahora Planetacomic) en aquellos años cuando la serie Roja de Dragon Ball (la etapa de Namec en adelante para entendernos) arrastraba tiradas récord a nivel histórico en nuestro país imbatidas incluso en la actualidad. Nosotros decidimos probar, creíamos que podría ser interesante en contra de la opinión del resto de nuestros colegas de gremio. El resultado fue explosivo y puso en el mapa a una tienda de cómics de la periferia de Madrid de apenas 50 metros cuadrados (ya en el segundo año de librería acometimos la primera ampliación de superficie ocupando dos plantas de 25 metros cuadrados cada una) que pasó a ser conocida por todo un país lector de cómics cuando Dragon Ball era un fenómeno social de una dimensión inconcebible. Cientos y cientos de clientes hicieron a partir de ese momento peregrinaje para conocer la librería gracias a esa inversión publicitaria. Una inversión “técnicamente” cara (esos anuncios eran bastantes veces más caros que los habituales de revistas o fanzines del sector) que se demostró infinitamente barata hasta el punto de ser el punto de inflexión de nuestra librería. El punto que permitió que un sitio incipiente y distinto en muchas cosas empezara a ser conocido y escuchado por todos los rincones de España cuando apenas cumplía un par de años de existencia.

       Desde aquellos primeros tiempos de nuestro Moneyball particular aprendimos que la gestión económica era primordial y así lo hacemos saber siempre que alguien pregunta sobre consejos para montar una tienda de cómics (aunque también vale para otro tipo de establecimientos por supuesto). La economía es lo fundamental y luego va todo lo demás. Está muy bien ser experto en cómics para recomendar a tus clientes pero eso es algo secundario comparado con la gestión de recursos económicos del día a día ya que sin ellos la librería deja de crecer, ha de confiar en ayudas externas (donaciones, crowdfunding, subvenciones, préstamos…) o sencillamente acaba cerrando. Por desgracia en este país no se incide más en la formación económica de los adolescentes a la hora de montar un hipotético primer negocio una vez adultos y eso provoca que se actúe a ciegas en cuestiones que pueden lastrar tu futuro profesional por mucho que sepas de lo que vas a poner el negocio (en nuestro caso concreto cómics y manga). Como siempre decimos en cualquier taller en el que se nos invita, puedes ser más o menos simpático con tus clientes pero has de ser inflexible con tus facturas porque ellas no perdonan y son las que marcarán tu ritmo guste o no.

       A partir de esos años 90 Akira Cómics trató de reinvertir todo lo posible en favor del crecimiento de la librería, ya fuera para desarrollo de nuevas tecnologías, de decoraciones futuras o de mejoras de su personal. Siempre optimizando esa inversión y ponderando los años duros a los buenos (económicamente hablando) ya que siempre es preferible invertir en los primeros que en los segundos porque en los años de bonanza económica el crecimiento ya está asegurado.


  • Premios y reputación

  • Los puntos comentados hasta este momento nos llevaron a considerar en 2010 participar en un premio Eisner desconocido para el lector español hasta ese momento. Se trata del “Eisner Spirit of Comics” un premio creado por el mismísimo Will Eisner (como os puede corroborar la propia organizadora de esos premios Jackie Estrada si le preguntáis) como intento de mejorar el nivel de las librerías especializadas, lugar clave para él dentro del ecosistema del cómic. Gracias a todo lo que aportamos como librería y a dos intentos pudimos llevarnos el premio en 2012 y de nuevo, al igual que ocurriera en los 90 con los anuncios de Dragon Ball aquello fue una explosión que nos puso de nuevo en el mapa pero esta vez a escala global, como sitio de referencia mediática para todo un país. Y lo que podría ser el final de un camino significó el principio de otro ya que ese premio nos refrendó en algo que siempre habíamos tenido como dudoso: si nuestro camino independiente y solitario, nuestro Moneyball de libreros, era adecuado y exitoso. El Eisner nos dijo con voz clara que sí, que lo era. No solo que lo era sino que debíamos seguir por esa senda e incidir más y desde ese 2012 y durante los diez años siguientes íbamos a transformar la librería en algo mucho mayor, más diferente y único ya totalmente apartado de su competencia a efectos estéticos y de estilo. El ya mencionado Museo de Originales, el Cuentacuentos infantil (del que hablaré un poco más adelante) y la transformación estética de esta nueva década del 2020 son derivados de ese camino iniciado en aquel 2012.

      Aquí diremos que el premio Eisner levantó ampollas ya que en España es un clásico histórico que haya ciudadanos que no encajen bien el éxito de su vecino, y eso fue lo que ocurrió con nosotros y el premio. Se le puso en duda desde cierto (muy minoritario) sector que a la sombra de las redes sociales hace un ruido mayor del que parece y que a la postre no deja de ser como una mosca de verano, molesta sin más. Seis años después otra tienda española también lo ganó y ese debate terminó misteriosamente en ese momento.

       Con el ya citado debate sobre el premio Eisner (que alguno todavía se esfuerza en mantener vivo cual nigromante del “Dungeons and Dragons”) se puso de manifiesto una situación que nosotros vivimos desde la entrada en internet en 1995 y que consiste en la crítica destructiva de quien no le caes bien aprovechando la cámara de resonancia que supone un foro o una red social, incluyendo plataformas de reseñas como Google o Tripadvisor (por citar a las dos más conocidas) y que suponen un tormento para nuevos negocios y empresas de cara al público que arrancan y que creen (pobres ellos) que la realidad de su negocio y de la gente (real) que son sus clientes pasa por las opiniones anónimas de esa parte tan reducida de la sociedad que participa en esas reseñas (Dentro de este argumento podemos decir que nosotros tenemos ahora mismo casi 7000 reseñas en Google tomando una media de 4,8 sobre 5 de valoración lo cual es muy meritorio porque no es una media de escasas 5 reviews sino de muchísimos votos. Es divertido comprobar como aún hay gente que se esfuerza es aportar reseñas tóxicas o destructivas sin darse cuenta de que si tu media es de 4,8 y tienes casi 7000 reseñas totales es matemáticamente trivial entender que una inmensa mayoría está muy satisfecha con tu servicio y esa reseña está condenada a diluirse entre la aplastante mayoría de positivas. En la plataforma eKomi el ejemplo ya es abrumador acumulando en nuestro caso más de 22000 valoraciones con una media de 9,8 sobre 10).

      La moraleja es que vivimos en una era donde la reputación se sigue construyendo a partir de los cimientos del trabajo diario entre personas pero se vive en un constante estado de miedo por el ruido de fondo que suponen las críticas anónimas de la red. Es grave hasta el punto de que ha condicionado el comportamiento público de empresas de todo perfil del hemisferio norte (como llevamos viendo gracias a Twitter en este último lustro). El tiempo, que pone y quita razones, de forma implacable y por suerte (desde nuestra perspectiva) poco a poco va erosionando ese estado del miedo y volviendo a lo que siempre ha sido la civilización humana, un lugar donde la interacción física es la que marca el resultado último.


  • La Cantera

  • A finales de la década del 2000 nos encontramos con una circunstancia curiosa: muchos clientes que conocíamos de adolescentes y que eran ávidos lectores desde niños se habían convertido en padres de niños sin hábito por la lectura y eso nos llevó a pensar en montar una suerte de “cantera” permanente que enganchara a los hijos de nuestros clientes (los de ese momento y futuros) en la lectura a través de esa herramienta tan maravillosa y tan propia de bibliotecas y librerías como es el Cuentacuentos infantil. Era 2011 y aquello se creó como una actividad cultural mensual muy modesta donde apenas un puñado de padres trajeron a sus hijos.

      El boca a boca y el tiempo hizo el resto. De nuevo un trabajo constante y paciente de cantera con la lectura y el afán para trabajar con los peques de Iván como librero y de Carmen como responsable de los propios Cuentacuentos mensuales consiguió que en unos años esta iniciativa cultural creciera hasta tres sesiones al mes donde totalizar 150 peques (más sus respectivos padres). Una tarea logística de tamaño considerable teniendo en cuenta que es una actividad enfocada a peques de 4 a 8 años de media pero que con el paso de los años se convertirán en tus nuevos lectores. Actualmente es un lujo para nosotros presumir de tener la clientela de cómics más joven y renovada de España dado que es habitual en nuestro sector de tiendas de cómics escuchar el comentario de que la clientela envejece y los lectores de superhéroes (y cómic europeo) ya no bajan de los 40 años. En Akira Cómics estos 12 años de Cuentacuentos constante y trabajado han logrado el “milagro” de no tener ese problema ni mucho menos y saber que hemos construido una cantera de lectores y lectoras (de cómics) inmensa, duradera y muy muy fiel.

      Paradójicamente hubo una época donde un servidor se dedicaba a dar charlas a colegas del sector aquejados por ese envejecimiento de su clientela recomendando la iniciativa del Cuentacuentos y sus inmensas ventajas para una librería especializada. Han pasado los años y seguimos siendo la única librería de cómics del país que de forma mensual y constante sigue haciendo sin descanso esos Cuentacuentos.


  • La Pandemia

  • Todos recordamos lo que ocurrió en 2020. Hubo una pandemia por culpa del dichoso Covid y el gobierno decretó el confinamiento durante casi tres meses. En ese tiempo muy pocas empresas pudieron seguir vendiendo online ya que el sector de la venta por internet se había ninguneado durante años y en el mejor de los casos se había desarrollado casi por cubrir el expediente. Akira Cómics llevaba ya desde 1995 en la red, desde 1997 con catálogo online y dominio propio y numerosas revisiones de la página web que habían optimizado los procesos de trabajo, los envíos, tiempos de respuesta, calidad de servicio, etc etc. Para Akira Cómics en el arranque de 2020 la parte de tienda online ya era un 50% de la facturación global de la librería y aportaba una expansión por todos los rincones del territorio nacional basado en un catálogo flexible, inmediato, veraz, completo, atractivo, actualizado, y con un servicio enfocado en la mejor experiencia del comprador:

    Akira Cómics fue la pionera en España en 2015 dentro del sector de tiendas de cómics en desarrollar una app para vender online y de introducir las cajas decoradas y tematizadas. Una caja donde se aportaban regalos, dulces, detalles y en general y conjunto de añadidos que mejoraban la experiencia de compra del cliente para desmarcarnos de lo que tradicionalmente hacía el líder de la venta online mundial, Amazon. Akira Cómics encontró su lugar online gracias al trabajo constante desde 1995 en un canal novedoso pero lleno de posibilidades donde trató de ganarse al público coleccionista y lector de todos los puntos de España que valoran la calidad del servicio antes que su precio y rapidez (que es lo que hace Amazon con su servicio Prime y sus embalajes).

      Y llegó el confinamiento, y tanto editoriales como distribuidoras como el departamento jurídico del Gremio de Libreros de Madrid (al que pertenecemos) nos dieron el visto bueno para enviar online durante ese confinamiento de duración indeterminada. La ley nos dejaba vender online y las editoriales y distribuidoras estaban encantadas con que siguiéramos generando economía a partir de llevar cómics a las casas de nuestros clientes. Y en esas primeras semanas fue un auténtico boom y la página web de Akira Cómics se convirtió en la referencia que es hoy en día por todos lados. Miles y miles de nuevos clientes entraron a conocer de primera mano nuestro servicio y en ese momento tuvo todo el sentido del mundo el haber entrado en internet tan temprano porque, por fin, estábamos preparados para aquel problema de escala mundial llamado confinamiento. Tal fue el éxito que actualmente nuestras cajas rojas son una marca reconocible a todo lo largo del territorio nacional.

       En esas semanas (e incluso todavía ahora) hubo un molesto ruido de fondo movido por un sector minúsculo pero altamente desagradable (por lo maleducado) que se tomó a mal que una tienda de cómics vendiera online con la calidad y volumen que nosotros estábamos ofreciendo cuando todo el resto de las tiendas (en su inmensa mayoría) había cerrado. Es evidente que cuando haces todo con la ley por delante y con los permisos en regla de toda la cadena del libro (editores, autores y distribuidores) un ruido así es tan pueril como yermo, aunque no deja de ser molesto en ese momento porque denota en lo que se han convertido las redes sociales (y en especial Twitter) en este último lustro: un campo de batalla virtual donde el extremismo y la mala educación campan a sus anchas dando vía libre a que gente anónima proyecte sus problemas con quien menos culpa tiene.

      ¿Hacíamos algo malo en Akira Cómics? No. (nuestras medidas de seguridad eran extremas tanto por nuestra parte como por la del transporte teniendo en cuenta que TIPSA, nuestra agencia de reparto, llevaba medicamentos y vacunas a los hospitales en esas fechas).

      ¿Hacíamos algo ilegal en Akira Cómics? Tampoco (como digo la ley era clara y precisa)

      ¿Hacíamos algo injusto en Akira Cómics? Tampoco, somos una tienda especializada y nos dedicábamos a desarrollar nuestro trabajo toda vez que la ley y las condiciones nos lo permitían. Además de que se trataba de un deber para con nuestros clientes que fueron los primeros beneficiados por aquella época.

      Es curioso que durante el confinamiento editoriales del sector y grandes empresas (como Amazon u otras) vendieron sin rubor y sin problema en esas mismas fechas y recibieron un nulo acoso tóxico en redes teniendo en cuenta que su impacto es infinitamente mayor que el nuestro. Curioso pero bastante hipócrita si lo queremos llamar por su nombre.

      Un debate con poco recorrido que, por suerte para la inmensa cantidad de clientes que nos compraban (y apoyaban en esas semanas) denota lo confundida o frustrada que se encuentra esa pequeñita parte de la población de un país que usa las redes sociales para generar toxicidad y odio hacia el que hace o dice algo contrario a su pensamiento o creencia. Triste pero cierto.

      A raíz de aquello Akira Cómics desarrolló unos interesantes y necesarios anticuerpos sobre ese miedo a las redes (y la infame política de la cancelación que sigue existiendo) y desde ese 2020 la librería vive más libre y descansada sabiendo que los recurrentes barullos en redes (las famosas cancelaciones) no dejan de ser el griterío de un patio de colegio interpretado por unos adultos que en el fondo no han dejado de ser niños.

      Y lo que sí nos dejó fue una parte online muy fortalecida y asentada a la que tendríamos que dedicar más espacio e infraestructuras de la librería en pos de sostener ese crecimiento con la misma calidad que hasta ese 2020.

      La Pandemia también nos trajo momentos hermosos: La Comunidad de Madrid quería montar una biblioteca de cómics en el Hospital Zendal y recurrieron a nosotros dispuestos a comprarnos una abundante dotación de títulos. Como nuestro compromiso con ONG’s y necesitados (ya lo he comentado en un punto previo) viene de lejos, hubo que convencerles de que Akira Cómics iba a donar(y no vender) esos cómics a la Biblioteca del Zendal. De esa forma ellos dispusieron de una gran selección de títulos para los residentes del Hospital en esos meses y nosotros aportamos nuestro minúsculo y humilde granito de arena de ayuda ante la Pandemia.

      También nos resulta todo un orgullo haber podido capear esos meses sin necesidad de pedir préstamos, subvenciones, ayudas o hacer un ERTE en nuestra plantilla (al revés, dos de nuestros empleados vivían lejos y dependían del transporte público así que pasaron todo el confinamiento sin acudir a trabajar para no poner en riesgo su salud y sin dejar de cobrar íntegro su sueldo). Esa venta online sirvió para consolidar un servicio clave para nosotros en la actualidad a la vez que daba lectura y distracción a miles de personas de todo el país y de paso justificaba todo un servicio (el web) montado largos años atrás. Y todo blanco sobre negro por supuesto.


  • No es una librería, es una experiencia

  • En 2017 Akira Cómics inició un proceso de ampliación de sus instalaciones dividido en dos fases. En 2018 se cerró la primera con una reordenación y ampliación de las secciones de cómic americano y manga, los distritos Metrópolis y Neo-Tokyo de nuestra bautizada “Ciudad del Cómic”.

      En 2021 arrancamos la segunda fase que se inauguró en las navidades de 2023 y que supuso por un lado superar los 1000 m2 de superficie totales (adelantando a Forbidden Planet en Londres como la más grande librería especializada en cómics del continente) y por otro ampliar las secciones de cómic europeo (barrio Notre-Dame) y literatura (Barrio Baker Street). Todo ello transformando el aspecto de la librería, convirtiendo sus paredes, sus muebles, sus pasillos, sus decoraciones, en una suerte de parque temático cultural, una experiencia ideal para cualquier enamorado de los cómics, el manga y la literatura fantástica.

       Nuestro Moneyball volvió a entrar en acción y quiso aportar un nuevo salto cualitativo en lo que supone Akira Cómics para cualquier cliente o visitante de la librería. Un plus de disfrute por las instalaciones (plagadas de cientos y cientos de easter eggs); para que cada visita a la librería sea única y diferente; para que hasta el público no lector (ese que según las estadísticas anuales ni lee ni le gusta leer) sienta curiosidad por entrar a conocerla; para que en cada visita el cliente pueda invertir un tiempo amplio en perderse por nuestros distritos ”jugando” con los easter eggs que tenemos desperdigados por doquier, hacerse fotos, o sencillamente pasar un rato agradable rodeado de cultura.

       A partir de ese momento las visitas turísticas han crecido exponencialmente en la librería atrayendo a visitantes de literalmente todos los rincones del planeta: desde España hasta Estados Unidos pasando por China, Francia o Australia. De hecho a partir de este cambio nuestra sección literaria (el barrio “Baker Street”) ha crecido tanto en superficie y en catálogo que es la parte más grande de toda la tienda aunque llevemos el “Comics” en el nombre y eso ha modificado también el perfil de visitante convocando a lectores de todos los rincones de la ciudad que disfrutan de los géneros fantásticos y que ahora tienen en el Barrio del Pilar a un establecimiento repleto de esas narrativas donde acudir a ellas es vivir una experiencia que va más allá de la propia acción de comprar un libro.


  • A modo de resumen...

  • Hay gente que dice que su éxito ha sido fruto de la suerte y otros que dicen que ha sido fruto del trabajo. Aunque el 100% de ambas es posible que no exista, nosotros, la familia Marugán debemos hablar (si queremos ser honestos) de que lo nuestro ha sido un caso de éxito fruto del trabajo en una proporción apabullantemente grande respecto de la suerte. Trabajo porque se ha luchado contra todo y contra (casi) todos. Porque nadie nos ha regalado nada y porque Akira Cómics ha tenido que vencer innumerables barreras de un sector tan pequeño y anclado en funcionamientos inmovilistas que los codazos son moneda de cambio.

      Y allí la suerte dicta mucho menos que el trabajo.

      Por eso cuando a veces la prensa habla de la contracción del sector ante el cierre de librerías de cómics por el país (algunas de mucho renombre) y de una crisis sistémica en el sector del "retail" solo podemos pensar que hemos llegado francamente lejos con nuestro esfuerzo, dedicación y creatividad. Que mientras hay periodistas que lamentan el cierre de tiendas y la crisis del sector nosotros aquí en el Barrio del Pilar seguimos creciendo con nuestro trabajo de hormiguita paciente pero inconformista y soñadora porque, como canta el personaje de Jenny Lind (interpretado por Rebecca Ferguson) en la película El Gran Showman:

     

    “todo el brillo de mil focos / todas las estrellas que robamos del cielo nocturno / nunca serán suficiente”


Jesus Marugán


Lector de cómics, gran fan de Star Wars, Marvel, el Dungeons & Dragons y la tecnología, soy la cara pública de Akira Cómics y su más habitual divulgador prodigándome en radio, TV y prensa sobre todo. Darth Vader me tira mucho y por él pertenezco a la Legión 501st desde 2005.

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