Selva es hija de uno de los pocos bajás otomanos que aún quedan en Turquía, garantes de la tradición y la ortodoxia. Su decisión de casarse con Rafael, un joven judío, trae como consecuencia el repudio de las dos familias, por lo que la pareja decide irse a vivir a Francia. Sin embargo, también allí sus promesas de felicidad se verán truncadas, pero esta vez por el inicio de la segunda guerra mundial y la invasión nazi de media Europa. Su gran temor ahora es que los identifiquen y acaben en un campo de concentración. Su única esperanza está en el esfuerzo del cuerpo diplomático turco, entregado a la protección de todos sus ciudadanos, incluyendo a los descendientes de los judíos sefardíes expulsados de España en el siglo XV.