Del estallido de las hostilidades con Japón en Manchuria a la Guerra de Invierno con Finlandia, de los albores de la Segunda Guerra Mundial en el este de Europa a la devastación de la invasión alemana, del inexorable avance hasta las mismísimas ruinas de Berlín a la sangrienta contrainsurgencia en las fronteras de Ucrania, Bielorrusia y los países bálticos, la experiencia belica de la Unión Sovietica de Stalin fue mucho más larga, extensa y compleja de lo que tradicionalmente se ha considerado. A partir de las dramáticas experiencias tanto de ciudadanos corrientes como de aquellos que tuvieron un devenir extraordinario en el conflicto –rusos y coreanos, ucranianos y judíos, lituanos y georgianos, hombres y mujeres, leales estalinistas y críticos del regimen...– el aclamado sovietólogo Mark Edele nos revela cómo, a pesar de los estragos desatados por las purgas del Gran Terror, el implacable regimen estalinista fue capaz de construir una maquinaria militar tremendamente ineficiente, como atestiguan los millones de bajas sufridas y las toneladas de material militar perdidas, pero, sin embargo, sumamente eficaz: entre 1937 y 1949, el Ejercito Rojo emergió victorioso de todos y cada uno de los enfrentamientos en los que se vio sumido, y posibilitó la victoria aliada.